martes, 16 de septiembre de 2008

DE NUEVO EN LA RADIO


Hoy he vuelto a hablar por Radio Alicante de la SER, como haré todos los martes. Y pondré cada artículo que lea en este blog. Ahí va el primero, que se llama "El día de las alabanzas". Si sois de Alicante, ya sabéis por qué. Si queréis escucharme, podéis sintonizar el programa "Alicante, hoy por hoy", de Vicente Hipólito, a eso de las 12,30 h. en el 1008 de Onda Media.


EL DÍA DE LAS ALABANZAS.

“Dios te libre del día de las alabanzas”, decía mi abuela, refiriéndose a la tendencia a decir cosas buenas de quien se va definitivamente de la vida o de un cargo o destino. Ese día parece que ya no nos cuesta nada decir cosas buenas de aquel a quien hemos estado poniendo como hoja de perejil.
Y así se nos va este Verano, del que muchos podríamos decir que ha sido una estación feliz, de sol, playa y vacaciones, pero que en el fondo nos parece nefasto, con la crisis económica, con su tragedia de Barajas, con sus guerras en esos países que ni siquiera sabíamos que existían en el seno de la extinta Unión Soviética, con los cayucos y con la aparición de esa señora fanática, antiabortista, militarista y partidaria de la pena de muerte, que la derecha americana se ha sacado de la manga para contrarrestar la marcha imparable de Obama. Además, los sucesos de este verano, a nivel nacional, nos han demostrado algo penoso, que el PP no ha cambiado nada en absoluto, que la marcha de personajes como Zaplana y Acebes no ha supuesto que nuestra derecha vaya a recuperar el sentido común. En lugar de echar una mano para que todos salgamos del atolladero económico, el señor Rajoy se regodea de lo mal que le va al país y se empeña en convencer al personal de que la culpa la tiene, como siempre, Zapatero. Así que deberíamos creer que nuestro presidente de Gobierno ha provocado una crisis económica a nivel mundial. Menos mal que muchos sabemos que Solbes es uno de los mejores economistas del Mundo y que si no hace otra cosa es porque no se puede. Eso sí, lo que haría la derecha en el poder, como hace siempre que hay crisis, sería dar facilidades a los patronos con el despido libre y los recortes de derechos de los trabajadores. A ver si así se animan a seguir aprovechándose de los pobres y se deciden a invertir en lugar de esconder su dinero. Que cuando hay vacas gordas las ordeñen los listos y cuando hay vacas flacas los tontos acaben comiéndose las boñigas.
Se nos va el alcalde Alperi, al que la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas tacha de incompetente y de haber llevado a cabo la gestión más desastrosa de toda la democracia. Yo suscribo el manifiesto de la Plataforma punto por punto. No hace falta que insista en su empeño en cargarse el Monte Benacantil con un palacio de congresos, de poner la Casa del Mediterráneo en la cima de la Serra Grossa, que este hombre parece que le tiene alergia a las montañas; su incapacidad, no sé si voluntaria, para terminar de una vez el Plan General de Ordenación Urbana, después de tantos años de dejar libres a Ayuntamiento y especuladores del ladrillo para hacer de su capa un sayo; su abandono del barrio antiguo y de los barrios periféricos, que parece que solo le interesa la zona residencial; los barracones colegiales de Benalúa Sur; ese tren que ha costado una fortuna, con estaciones faraónicas, para después ofrecer un convoy a la Playa de San Juan cada media hora; y un etcétera muy, muy largo de despropósitos, a más de sus ostensibles desprecios y amenazas a la oposición, y su negativa a autorizar cualquier monumento a los demócratas de la guerra civil y de retirar honores al dictador Franco.
Ahora le va a suceder doña Sonia Castedo al frente de la corporación. Muy bien, esta es la hora de demostrar lo que vale. Yo le aconsejaría que hiciese lo que haría un político inteligente como Gallardón. En primer lugar desarmaría a la oposición y a los movimientos ciudadanos, tomándoles la delantera, ¿cómo?, pues haciendo suyas sus reivindicaciones y suspendiendo definitivamente el Plan Rabassa, sacando de una vez el Plan de Ordenación Urbana, ocupándose del barrio antiguo y de la periferia, dándole sentido al nuevo tranvía aumentando sus servicios - que no es que no haya más trenes porque la gente no viaja en él, sino que la gente no viaja en él porque no hay más trenes -, autorizando los monumentos solicitados por la Comisión Cívica de la Memoria Histórica, retirando los viejos honores al “Caudillo”… Y así, todo lo demás. A ver si un día, cuando se vaya de la política o cuando conquiste algún puesto de mayor relevancia, alabamos merecidamente su gestión en lugar de hacerlo porque toca en el “día de las alabanzas.”

Miguel Ángel Pérez Oca.
(Leído en Radio Alicante el 16-9-2008)

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