miércoles, 31 de marzo de 2010

SIGNOS DE ADMIRACIÓN.


A ver qué os parece este artículo de Joaquín Botella para relajar los ánimos, que estos calentones me van a matar:


!!!

Nos cuenta el Lazarillo de Tormes que “Yo por bien tengo que cosas tan señaladas no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade. Y esto para que ninguna cosa se debería romper ni echar a mal, si muy detestable no fuese, sino que a todos se comunicase, mayormente siendo sin perjuicio y pudiendo sacar della algún fruto; porque si así no fuese, muy pocos escribirían para uno solo, pues no se hace sin trabajo, y quieren, ya que lo pasan, ser recompensados, no con dineros, mas con que vean y lean sus obras, y si hay de qué, se las alaben; y a este propósito dice Tulio: “La honra cría las artes””.

No sé por qué, pero tengo la impresión de que más de un escritor (tanto de los que son tan conocidos como el autor del Lazarillo como aquéllos otros a quienes sólo nos lee nuestro entorno cercano), se ha leído esa parte del prólogo y ha pensado que las redes sociales son un buen tejido para que su obra “a todos se comunicase”, lo que me parece la mar de bien.

Sin embargo, creo que es conveniente leer también otros autores, no menos famosos que el del Lazarillo, pero sí más conocidos, cual es el caso de St. Exupéry, cuyo Principito nos cuenta que “El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso:

- ¡Ah! ¡Ah! ¡He aquí la visita de un admirador- exclamó desde lejos el vanidoso, nada más ver al Principito, pues, para los vanidosos, los otros hombres son admiradores.

- Golpea tus manos una contra otra -aconsejó el vanidoso.

El Principito golpeó sus manos, una contra otra. Y entonces el vanidoso saludó modestamente, levantando el sombrero.

- ¿Y qué hay que hacer para que el sombrero caiga? –preguntó. Pero el vanidoso no le oyó, porque los vanidosos no oyen sino las alabanzas”.

Y creo que es conveniente leerlo porque, por muy seguro que uno pueda estar “de hay de qué se las alaben”, eso de que uno mismo se lo crea hasta el punto de crear un libro firmas para que admiradoras y admiradores escriban en él su pública reverencia, a mí me da una vergüenza ajena que me muero.

Claro que es posible que yo ya vaya estando un tanto anticuado, por ser de los que piensan que cunnilingus y felaciones, mejor en privado.

1 comentario:

mariajosecontador.blogspot.com dijo...

Sí Joaquín, pero resulta que en esta hoguera, a casi todos se nos quema el culo pero los hay que arden como una tea y ni siquiera se dan cuenta cuando el humo no deja duda alguna a los demás. Mª José.