martes, 27 de abril de 2010

ADIOS, SEÑOR MANOLO



Hoy, la Plaza de Manila está silenciosa y triste. Los viejecitos toman el sol mientras rumian su soledad en sus sillitas de ruedas. Falta el vozarrón irónico del señor Manolo, que también cabalgando su silla de ruedas les contaba chistes y anécdotas con su vital, inquebrantable y consustancial sentido del humor. Solo tres días antes de su fallecimiento, desde su lecho, bajo las sondas, los tubos de oxígeno y los dolores y molestias propias de quien está en las últimas, todavía bromeaba con su cuidador Favio.

Ayer lo enterramos junto a su esposa Asunción y la tata. Y la Plaza de Manila, a donde lo llevaban para conversar y tomar el sol, ha quedado silenciosa y triste.

92 años de vida intensa, de amor a la vida, que no le dejó nunca. El señor Manolo, mi suegro, no estaba en Alicante el 25 de mayo de 1938, cuando el bombardeo del Mercado. Estaba en una trinchera del frente de Madrid, jugándose la vida por todos nosotros. Asunción, su novia entonces y después su esposa y madre de Suni, mi mujer, sí estuvo allí y rescató de entre un montón de muertos a un bebé que lloraba agarrado a una teta cercenada de mujer. Asunción se llevó al niño a las faldas del Benacantil, y cuando regresó, pasado el peligro, se enteró de que la madre del bebé estaba viva, en el hospital que hoy es el Museo de Arquelogía, donde le suturaban una tremenda herida en el pecho, mientras lloraba la presunta muerte de su niño.

Ellos ya no verán un monumento en la plaza del Mercado, ni la próxima placa con la nueva denominación de la plaza que ha de llamarse "del 25 de mayo". Quedan ya muy pocos testigos de aquella atrocidad. Marina Olcina, mi madre Magdalena Oca, Juan Ortiz, Benito Pérez... y alguno más. Sería muy triste e imperdonable que ellos tampoco vayan a ver el monumento, para que se sintiesen resarcidos de las pesadillas que han arrastrado toda su vida, para que se puedan sentir solidarios con los muertos de entonces. Sin embargo, la intrensigencia absurda de una alcaldesa conservadora (llamémosla así por llamarla algo) y un astuto concejal de cultura, que más pendientes de los votos de la extrema derecha que de la decencia ciudadana, no admiten que el monumento describa a los asesisnos como "aviadores fascistas italianos", justo lo que eran, y por otro lado, los miembros de una Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica, que no han sabido transigir y cambiar una sola palabra por un sinónimo o una leyenda aceptables, que los hay, están abortando este acto de justicia histórica. Y es que para algunas personas embebidas en la lucha política, es más importante desgastar al enemigo, encontrar argumentos para su descalificación, no concederle un solo triunfo, que honrar debidamente a los muertos. Es el caso de quien prefiere quedarse tuerto con tal de que su enemigo se quede ciego. Y yo, en nombre del señor Manolo y de la señora Asunción, en nombre de los pocos supervivientes que quedan, proclamo mi indignación y mi repulsa a ambas partes. Lo siento. A mi, que una alcaldesa derechona haga lo que está haciendo, ni me sorprende ni me indigna demasiado. Si no fuera un personaje mezquino, no sería de derechas. Pero los de mi cuerda, los que repudiamos los crímenes franquistas, los que apoyamos al juez Garzón, los que suspiramos por una Justicia democrática, los que añoramos un régimen republicano que perfeccione la actual democracia imperfecta, que tantos defectos heredó de una transición forzada y llena de componendas, esos, de ninguna manera tienen derecho a ser mezquinos. Yo les pido encarecidamente que en nombre de los muertos viejos y recientes, y de los escasos supervivientes que quedan del 25 de mayo, consientan, transijan, sean humanos y bondadosos y retiren la famosa y obsoleta palabreja y la sustituyan por una leyenda inteligente que los honraría en lugar de humillarlos. Y, para colmo, no echen más leña al fuego con la absurda polémica de si los fallecidos eran "muertos" o "asesinados". Hay que ser adultos, por favor, y anteponer la dignidad a las rabietas infantiles. Ella tiene la sarten por el mango, pero nosotros somos más listos y, además, tenemos la razón. Veamos qué se puede conseguir hoy, que mañana ya veremos pasar por delante de casa el cadáver electoral de nuestro enemigo. Porque no se puede ni se debe ser soberbio si se es de izquierdas, si se es demócrata. No se puede ni se debe anteponer la derrota del enemigo, por otro lado futura e imprevisible, a los honores que debemos a los muertos de todos.

No nos hagáis esto, por favor, porque yo, al menos yo, no os lo perdonaré nunca. Ni el señor Manolo, desde donde esté, desde la Historia, desde el pasado, desde la muerte, tampoco. Yo hablé con él de estas cosas y os aseguro que la palabra "fascista" le importaba un bledo, y era más rojo que todos vosotros, y se había jugado la vida en el frente de Madrid, en defensa de la democracia, haciendo posible, durante tres años, la consigna del "No pasarán". Pero me temo que para aprender, no solo hay que ser inteligente, hay también que saber ser generoso.

Que la Historia os lo demande, a ambos.

Yo me quedo con el recuerdo del señor Manolo.
Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 22 de abril de 2010

OTRA DE JOAQUIN BOTELLA.


Ahí va otra de Joaquín Botella desde las barricadas. Qué dura es la guerra, ¿eh?

TU NOMBRE, MI PALABRA

El Instituto Cervantes, que aunque tocayo de él no tiene que ver nada con la cocción de habas que es el premio (en este caso el oportunismo político es directamente presidencial, pues, por lo que me contó alguien que fue cocinero en esos fogones, es el Presidente del Gobierno el que decide a quien laurear) ha creado “una página web (http://www.eldiae.es/proponer) en la que se pide a los internautas que indiquen sus palabras -o palabros- predilectas en nuestro idioma. El año pasado más de 50.000 internautas de 110 países participaron…”, lo que me parece una buena manera de llenar el tiempo, sobre todo ahora, que el horario laboral se ha estrechado tan vertiginosamente. Sin embargo, lo que yo no llego a comprender es que entre las palabras más votadas yo no haya leído ningún nombre. ¿Cómo puede ser que la palabra favorita de nadie sea distinta a ese nombre que nos hace mágico el presente, o nos trae recuerdos siemprevivos, o es añoranza de ilusión?, me pregunto yo. Pero, claro, ¿quién se atreve a pronunciar tu nombre, amada mía?

Joaquín Botella

lunes, 19 de abril de 2010

LOS MISTERIOS DE LA CRUZ DE CARAVACA.


En la noche del 30 al 31 de marzo de 1939, en el puerto de Alicante, mientras la Segunda República se hundía a su alrededor, el comandante del Ejército Republicano Benavides Fuster le contaba a su hija Moneta la rara historia de una cruz rodeada de misterios y leyendas. Antes que comandante, Fuster había sido inspector de policía y había investigado la desaparición de la Cruz de Caravaca en una noche de Carnaval de 1934. Se había acusado del robo a los masones que ocupaban entonces el Ayuntamiento, al Arcipreste del pueblo, al capellán del Santuario, a un extranjero que viajaba en una moto de gran cilindrada... Nunca se supo quién fue el ladrón y hoy día el misterio pervive y la Cruz sigue ausente. Fuster sabía que iba a morir en cuanto fuera identificado por los falangistas que aguardaban a la entrada del puerto, donde miles de desesperados esperaban en vano los barcos del exilio. La investiagación del robo le había obsesionado durante años, sobre todo, después de la misteriosa muerte del encargado de la traducción de unos antiguos manuscritos del siglo XIII; y el resultado de sus pesquisas no podía desaparecer con él. Por eso relató a su hija la historia de un caballero templario anónimo que fue quien tomó posesión de una alcazaba musulmana en la frontera del Reino de Granada en nombre del príncipe Alfonso de Castilla, y dejó en ella la cruz cimera de su estandarte. En el envés del Lignum Crucis que guardaba en su interior estaba el secreto de su origen legendario y los motivos de su futura desaparición. El castillo se llamaba Ksar al Kravak y el nombre del caballero es desconocido. Moneta sería la depositaria de estos secretos hasta que hubiera de nuevo democracia en España y pudiera encontrar un escritor que los diera a conocer. Y ese escritor fuí yo.

Este es, a grandes rasgos, el argumento de mi última novela "La Cruz Ausente" que acaba de publicarme Editorial ECU y que muy pronto estará en las librerías.

De momento voy a firmar este libro, junto a la segunda edición de mi "25 de Mayo. La tragedia olvidada", el próximo viernes día 23 de abril de 2010, de 12 a 14 horas, en el Corte Inglés de Alicante. El sábado, día 24, de 10 a 12 horas, en la librería Teorema, C/Notario Salvador Montesinos,3, de San Juan. Y el mismo día, de 12,30 a 14 horas, en la Plaza del Mercado (futura Plaza del 25 de Mayo).

La presentación oficial en Alicante será en la Sede de la Universidad, Av. Ramón y Cajal,3, el día 16 de junio a las 20,15 horas. Me acompañará mi querido amigo caravaqueño Gregorio López Piñero, una de las personas que más saben de la Cruz de Caravaca, y alguien más de reconocido prestigio que todavía no está confirmado. También se presentará el libro por esas fechas en el mismo Caravaca, en Cartagena, Murcia, Novelda y otras poblaciones.

Este libro, que me ha costado más de tres años de investigaciones, es mi mejor trabajo literario, sin lugar a dudas. Espero que lo leáis y que os guste... Y que me acompañéis en esas fechas tan importantes para mi.

Os tendré al corriente.

Gracias por ser mis amigos.

Miguel Ángel Pérez Oca.

viernes, 16 de abril de 2010

¿ES JUSTA LA JUSTICIA?


Me encuentro perplejo y hasta me da miedo lo que estoy pensando. Porque ¿es justa la Justicia? Llevamos ya cuatro años que el Tribunal Constitucional se debate en incertidumbres ante el Estatut de Catalunya. Y el Supremo se está pensando si Gazón prevaricó o no en el caso de la investigación de los crímenes del Franquismo. En ambos casos unos miembros del honorable Tribunal piensan una cosa y otros otra. Pero, vamos a ver: ¿Es que las leyes no son lo suficientemente explícitas, para que no haya lugar a dudas? Si la sentencia se acuerda por mayoría y se supone que la decisión del Tribunal es justa, ¿son injustos los juecen que no están de acuerdo con ella? Si a la vista de las denuncias y de las leyes no se puede saber cuál va a ser la decisión del tribunal, ¿por qué hemos de suponer que la sentencia final va a ser justa? He oìdo comentar a algún abogado, respecto a un juicio cualquiera, que la sentencia dependerá del juez "que nos toque". ¿Cómo? Si hay jueces que dicen una cosa y otros que dicen otra, y solo puede haber una justicia, la justa, ¿todos los juicios son justos? No sé qué pensar. Quizá el error estriba en llamar "Justicia" a las decisiones de los tribunales. Se deberían llamar "decisiones administrativas sobre presuntas violaciones de la legalidad vigente". Quizá el error es consentir las pretensiones de infalibilidad y autoridad moral de unos funcionarios que obtienen su puesto en oposiciones juzgadas por sus futuros compañeros y que ejercen el tercer poder del Estado sin haber sido elegidos por el pueblo. Que no se siga representando a la Justicia con una venda en los ojos "imparcial ante los delincuentes", que se la represente con los ojos abiertos, muy abiertos, y la mente llena de ideas preconcebidas de orden moral, político, e incluso posibles prejuicios de todo tipo. Que, al fin y al cabo, sus señorías son personas y como tales sujetas a múltiples subjetivismos.
Y yo sigo perplejo. ¿No sería mejor que los jueces supremos y constitucionales se fueran de vacaciones y se respetara la voluntad del pueblo catalán con su Estatut y del señor Garzón en su ánimo de juzgar de una vez los crímenes, genocidios y monstruosidades del funesto Franquismo? Es que van a acabar con el poco espíritu ciudadano que nos queda.

¿Verdad?

Miguel Ángel Pérez Oca.

jueves, 15 de abril de 2010

EL ERMITAÑO VIOLINISTA


Pues ahí va otra de Joaquín Botella desde las barricadas:


EL ERMITAÑO VIOLINISTA


D.R.A.E.:
1. m. Crustáceo decápodo de abdomen muy blando, que se protege alojándose en conchas vacías de caracoles marinos y
que agita constantemente su pinza derecha como si tocara un violín.

http://mismascotasymas.mforos.com/1675359/8903677-cangrejos-ermitanos/: …con el paso del tiempo, el cangrejo crece y necesita otro caparazón… Para los cangrejos ermitaños encontrar una concha vacía es cuestión de vida o muerte, por lo que son frecuentes las luchas entre ellos cuando hay pocas disponibles.

http://www.joaquinbotella.com/: En Valencia, estos depredarores han proliferado tanto que hasta se salen del agua y ya están invadiendo el barrio del Cabañal, donde el que se supone su más temible depredador, el pulpo zapatero, ha extendido su tentáculo interior para zurrar a los ocupantes de las conchas que no se las quieren ceder, pues no tienen donde meterse.
La prensa está aprovechando la ocasión para forrarse vendiendo entradas de esta interpretación de la Danza Macabra, cuya solista es la Alcaldesa de la ciudad, en la que dos partes del público, ilusamente dividido, aplauden a unos o a otros; y otra parte más –la revoltosa de la mayoría silenciosa- los abuchea a todos, como yo.

Joaquín Botella

miércoles, 14 de abril de 2010

LA REPÚBLICA, ¿QUÉ REPÚBLICA?




Hoy es 14 de abril, Día de la República. Tal día como hoy, en 1931, se proclamó la II República, y en los meses siguientes se elaboró la Constitución que, con la de Weimar en Alemania, era la más progresista de Europa. Durante muchos años, un Rey (Alfonso XIII) sin visión política y con demasiado poder ejecutivo, estuvo desprestigiando la Monarquía con su apoyo a la dictadura de Primo de Rivera y a la desgraciada Guerra de África, a la cual no iban los jóvenes ricos que podían pagar 3000 pesetas, mientras los pobres marchaban a morir a manos de los rifeños para defender los intereses de los propietarios de las Minas del Rif, cuyos hijos, desde luego, no iban a la guerra como no fuera de oficiales. Estas desigualdades flagrantes provocaron la Semana Trágica de Barcelona, que se saldó, por parte del poder, con el fusilamiento del pedagogo Ferrer Guardia. En fin, que al final de este rosario de despropósitos, Su Majestad se hundió con el Dictador, y el régimen monárquico cayó en unas elecciones municipales donde los partidos de izquierda, que hasta entonces no habían gozado del espacio político que merecían, revalidaron la voluntad mayoritaria de deshacerse de aquel rey que había nacido soberano y murió turista. Fue un 14 de abril y, después de un errático camino de 5 años de alternancia bastante agitada, el triunfo de la coalición de izquierdas "Frente Popular", animó a una panda de generales traidores y clasistas a alzarse contra el Gobierno legalmente constituido un 17 de julio de 1936 de triste memoria. En media España triunfó el fascismo más casposo y retrógrado, en la otra media, la revolución, mejor dicho, las revoluciones; porque la idea de revolución que tenían los comunistas y parte de los socialistas difería mucho de la idea de cambio revolucionario que tenían los anarquistas. Después de 3 años de sangre y crueldades, de dolor e injusticias, la guerra se terminó en el puerto de Alicante y vino la época negra y larga de la revancha, de la posguerra sangrienta de los fusilamientos, de las cárceles, de la censura y del silencio.


Es lógico que haya mucha gente que en esta fecha reclame la vuelta del régimen republicano. Es lógico que se quiera el regreso del regimen asesinado por los facistas nacionales, ayudados por sus homónimos italianos y alemanes. Es lógico que estos días se agiten de nuevo las banderas de la II República... Pero los que así se manifiestan, según mi modesta opinión, deberían dar un paso más hacia el futuro y preguntarse: ¿QUÉ REPÚBLICA QUEREMOS? Porque cualquier República no vale. Debería ser una República que superase en democracia a esta actual monarquía de D. Juan Carlos I.


Yo me he molestado en consultar a algún catedrático de Derecho Constitucional que me dice que la Constitución Republicana de 1931, con ser muy progresista en las fechas de su nacimiento, se ha quedado obsoleta y ha sido superada con creces por la actual Constitución Monárquica de 1978. Repúblicas las hay de muchas clases. No es lo mismo la República Norteamericana, presidencialista, donde el Presidente es a la vez Jefe del Gobierno y del Estado, que la italiana, donde los poderes ejecutivos residen en el Jefe del Gobierno. No es lo mismo una república federal como la alemana que una centralista como la francesa. Y no es lo mismo una república europea que una africana. Hay muchas llamadas repúblicas regidas por tiranos corruptos y hay monarquías (todas las europeas) rigurosamente democráticas.


Lo importante, creo yo, es garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos, y para eso está probado que, al menos por ahora, no es mejor necesariamente una república moderna que una monarquía igualmente moderna.


Así que, pese a los impulsos sentimentales que a todos los progresistas españoles se nos suben a la garganta cuando hablamos o pensamos pasados episodios de la defensa de las libertades republicanas contra el franquismo, creo que debemos anteponer la Democracia a sus instrumentos, sean estos republicanos o monárquicos.


Por otro lado, esta vez, si hubiera que implantar una república, habría que hacerlo de forma consensuada entre todo al arco político, de izquierda a derecha. Así que no se trataría de una simple restauración de la II República sino de una instauración de una hipotética III República, con una constitución y unos símbolos que no tendrían por qué coincidir con los propios de la anterior. Por ejemplo, podría ocurrir que no se resucitara la vieja bandera tricolor, sino que se siguiera empleando la bandera tradicional rojigualda, cambiando tan solo los símbolos monárquicos del Escudo Nacional. Ya pasó así en la I República.


Así que, a ver si pensamos más en qué república queremos, que aumente las libertades y garantías democráticas, y menos en viejos símbolos que pueden o no tener sentido pero que, en todo caso, son secundarios.


Si me preguntasen a mí, yo diría que quiero una república parlamentaria y federal cuyo presidente fuese necesariamente una figura de prestigio elejida por el parlamento con una amplia mayoría de consenso (2/3 ó 3/4) y con un mandato de quizá 6 años que no coincidiese con los mandatos legislativos. Sus atributos como Jefe del Estado serían más o menos los mismos que hoy ostenta el Rey. El senado sería una cámara territorial donde los representantes de los estados (hoy autonomías) pudieran discutir los temas comunes en pie de igualdad, estableciendo unas competencias definitivas que soslayasen el eterno enfretamiento del Estado Central contra los Estados Autonómicos de hoy día. Y las iniciativas legislativas y algunas acciones del Estado serían participadas en referendums informáticos por los ciudadanos aprovechando la actual tecnología digital. Las elecciones se harían con listas abiertas en circunscripciones comarcales, mucho más pequeñas que las actuales provincias, para que los parlamentarios tuvieran mayor relación con sus vecinos y se sintieran más dependientes de sus votantes que de sus partidos. Finalmente, los jueces y sus órganos de gobierno serían elegidos por el Pueblo Soberano en un sistema que evitara en lo posible su politización o depedencia políticas, democratizando así el Tercer Poder del Estado preconizado por Montesquieu.


Yo votaría ahora mismo por una República así, porque no me vale cualquiera, por mucha bandera tricolor que luzca; y para estar peor, o pagar un alto precio de sangre y conflictos por ella, mejor me quedo como estoy.


¿Está claro?


Miguel Ángel Pérez Oca.


lunes, 12 de abril de 2010

UN CUENTO DE ADELAIDE CASTELLI


Mi amigo Joaquín Botella me envía un impresionante relato de su amiga Adelaide Castelli. Como yo, creo que Adelaide está convencida de que la guerra envilece a todos los que participan en ella, incluso si se tratase del improbable caso - más bien imposible - de una guerra justa. Cada día nuestras particulares barricadas están más concurridas. ¡NO A LA GUERRA!

Este relato está inspirado en hechos increíblemente reales.

11 DÍAS.

El culo de la stripper era igual de redondo que la cabeza de Allie dentro de la olla, pero las piernas de Allie estaban en el horno, cortadas, mientras esa zorrilla seguía enroscándolas tentadora a un poste del escenario. La luna vudú de New Orleáns era también igual de absurda y redonda que muchos culos expuestos y muchas cabezas cortadas; en el mundo del amor y de la guerra los dioses se cruzaban intercambiándose dominios, y a un héroe como yo esto le jode bastante, porque se supone que cada cosa tiene su sitio y valor, su precio y sus consecuencias; pero veintiocho años son suficiente tiempo para comprobar el contrario.
Katrina, ese huracán tan ambiguo, les quitó todo a todos, y mientras hundía la ciudad me regaló fama y novia: mi Allie surgió de las aguas, del barro ancestral, de memorias de destrucción, gritos y muerte. Mi Allie emanó clara y redonda de esa luna vodú que asiste enigmática a nuestras repetidas tragedias.
Los trozos de su cuerpo están en la cocina. Búsquenlos, se encuentran ahí, no me los pude comer. No pude llevar a cabo esa última misión. Llevo 11 días de juerga merodeando sin rumbo. Las metanfetaminas me distorsionan las formas y luego les devuelven por ratos su perfección inicial.
Lo que se dice un héroe: Irak, Bosnia, etcétera. Delante de la catástrofe se me reactivó el chip total.
- Zachary - me decía Allie -, intenta tomártelo a risa y deja ese puto pasado en donde tiene que estar.
De haberse sabido callar, igual seguiría con vida: a un veterano no hay que hurgarle en ciertos anfractos. Volvemos condecorados estando como cabras, volvemos cabreados detrás de unas cuantas medallas. Y cuando sopla el viento por encima del límite y vemos las aguas subir de forma peligrosa, se nos refresca el conflicto, la adrenalina, la fuerza. Salvamos la población. Obedecemos las órdenes.
El coño de la stripper no quise verlo siquiera: a esas alturas las drogas me tenían dando tumbos por otra clase de vías. El coño de Allie yo creo que está en el frigorífico. La luna, en el quinto coño, maldita como siempre.
Katrina, el huracán indiferente había llegado legal, con el previo aviso de siempre, pero todos esos negros se ve que no son población. Mi todopoderoso gobierno, mi patria amparadora de pueblos, dejó sus fiambres flotar y sus supervivientes tirados por esos ex barrios de mierda, muriéndose de asco.
Yo y Allie nos pusimos las pilas y, manos a la obra, solidarios, levantamos unos cuántos ánimos, saliendo en los periódicos, jóvenes y populares. Había que celebrar un encuentro tan bueno en una noche tan mala. Las manos de Allie, por cierto, están en la olla de izquierda, junto con esos pies que tanto ambicionaban andar. Tras trocearla a conciencia, cogí 1500 pavos, y eso es bastante dinero para una buena trompa.
-Olvídalo todo, cariño- me repetía ella en las noches. Pero las noches están hechas para dar vida a recuerdos. Los veteranos volvemos con raros cruces de cables: se nos quitaron programas para remplazarlos con otros, y nuestras mujeres mejor eviten chillar tanto, que ya tenemos ciertos gritos en eterno por nuestras cabezas, rasgándolas.
La barra del club era larga como una pista de aterrizaje cualquiera en cualquier sitio inhóspito, como una raya de coca que no acaba nunca y te mata, como las horas pasadas a escuchar voces extranjeras que nada dicen de bueno y son amenazas virtuales. Larga como la estela del odio y el tiempo de cocción de un cuerpo humano en pedazos. Como lo son 11 días de juerga en la ciudad rescatada, mientras mi novia está ahí, descuartizada, esperando quizás vuestra piadosa visita. Y como el silencio de parte de unos hijos ya alejados de mí y el mío hacia ellos también. Como las avenidas de Los Ángeles, hechas para separar más que unir. En fin. Añado: larga como un proceso de recuperación sin éxito, y esas sesiones inútiles con terapeutas tardíos. Los héroes, en la mayoría, solemos ser asesinos, y luego no hay quien lo arregle, diga lo que diga el tío Sam.
Allie habló demasiado. Cortó la terapia en dos. No dejó que mi rescate llegara a un decente balance. Las mismas aguas oscuras que me la brindaron acabaron por decretar su destino: no habría salvación. Los muertos y los vivos se estaban tendiendo la mano, volviéndome loco, acusándome, confundiendo las cartas. Los méritos y las infamias se amasaban sin regla, sugiriendo una escala del todo fría y amoral; la patria ya no existía y Dios brillaba por su ausencia. La familia, un fantasma con piernas amputadas y ortopédicas. Y yo, en todo eso, descuartizando a mi novia, la artista, sin lograr sentir al respecto el menor remordimiento. Un monstruo.
Me encerré en ese cuarto de hotel y me quemé varias veces: 28, por ser exacto, a punta de cigarrillo, una para cada año y fracaso, como marido, soldado, amante, padre, persona, hijo de puta, patriota, ejemplo de moral impecable. Y así siguiendo, señores. Los dioses se habían confundido, liando el amor con la guerra, la muerte con las resurrecciones, los mares con tierras ahogadas, y todos los posibles destinos, ofrendas, opciones y finales.
Los cruces estaban abiertos, el hall del Omni Royal también. El octavo piso es buen sitio para tirarse abajo con toda seguridad de que uno se va a morir. El 17 de octubre yo garantizo a mi gente el uno a uno, el empate, que marcará una justicia sumaria en este caos de existencia. O por lo menos lo intento.
Mi vida contra la suya. Visto que no hay culpa. No hay arrepentimiento. Visto que mi alma se fue en ollas, zanahorias y porciones, sin montar ningún escándalo. Entre guerra y guerra. En los ojos vacíos de un niño que a mí me tocó eliminar.
No voy a escabullirme de ésta, ni tengo más que ofrecerles; busquen a mi novia en pedazos, en 826 N. Rempart; lleva 11 días esperándoles, deshecha, en un mundo confuso.

Dedicado a todos los que perdieron su alma en absurdos conflictos,
a sus destrozadas parejas,
y a todos a los que el concepto de patria se nos hace estrecho.

viernes, 9 de abril de 2010

¿DE VERDAD TENEMOS UN GOBIERNO DE IZQUIERDAS?


No me lo creo, no me lo puedo creer. La Policía Nacional depende del Gobierno, o sea que en Valencia obedece al Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, no a la Alcaldesa Popular Rita Barberá. Entonces, ¿qué hacían los polis nacionales moliendo a palos a los vecinos de El Cabañal que hacían una sentada para impedir que las excavadoras de doña Rita demolieran más casas de su barrio? ¿Han visto cómo se ensañaban con la gente echada en el suelo? Ni en los peores tiempos del franquismo. Aquí, en Alicante, la arqueóloga de grato recuerdo Solveig Norstrom se echó al suelo, delante de las excavadoras, para impedir que aniquilaran los restos de la ciudad romana de Lucentum, la predecesora del Alicante actual, y nadie la molió a palos. Y eso que eran los años 50 más o menos, en pleno franquismo puro y duro.

No me lo puedo creer, el juez que persiguió al dictador Pinochet y le amargó los últimos años sin poder pavonearse por el mundo, está siendo juzgado por el Tribunal Supremo español, por supuesta prevaricación al indagar los crímenes de nuestro dictador Franco... ¡Denunciado por Falange Española y otros grupos ultra derechistas! Para morirse. El mundo al revés. El alguacil alguacilado. El país más surrealista del mundo, y el más ridículo, que menudo papelón estamos haciendo ante los juristas extranjeros. Y el que debiera ser voz suprema de la que debiera ser prestigiosa justicia española lo admite a trámite y se pone a la faena. Y todo porque una ley ilegítima, según Amnistía Internacional, la ley de Amnistía (valga la redundancia), que pretendía algo que es imposible, zanjar la cuestión definitivamente y echar tierra al asunto, sigue incomprensiblemente en vigor. No sé si estos honorables señores del Tribunal saben que los crímenes contra la Humanidad no prescriben y que por lo tanto esa ley no tiene validez. Si no lo saben deberían saberlo, dada su profesión, que no es la de vendedores de chuches, precisamente. ¿Y qué hace el Gobierno? Nada, nada de nada. ¿Para cuando sacará este Gobierno -¿de izquierdas?- una verdadera Ley de la Memoria Histórica que obligue a llamar fascistas a los fascistas? ¿Cuándo aplicará la Ley de partidos a los de extrema derecha como hace con los abertzales? ¿Para cuando derogará la Ley de Amnistía con la que se compró ilegítimamente la Democracia? ¿Por qué el señor Zapatero no declara muy alto que si se condena a Garzón él le ofrecerá la cartera de Justicia con el encargo de transformar el tercer poder del Estado en un poder verdaderamente democrático, como preconizaba Montesquieu? Porque, díganme ustedes, ¿quien elije a los jueces? Si somos pueblo soberano y no elegimos a los jueces, ¿en nombre de qué soberanía ostentan la facultad de juzgarnos?

¿De verdad tenemos un gobierno de izquierdas? ¿De verdad vivimos en una democracia completa? Pues que venga Dios y lo vea.

Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 7 de abril de 2010

VIA CRUCIS DE MI AMIGO PEP BURNES



Y este viacrucis de Pep Burnes que tantos compartimos. Y eso que ya ha pasado la Semana Santa.


VIA CRUCIS

Le tengo poca fe a la justicia y es por ello que no se qué pensar del caso Matas. Parece que le han trincado bien, pero tengo mis dudas (lo siento señores jueces, han sido ustedes con sus actitudes quienes me las provocan), no sé si es debido a la prepotencia de este sujeto, a su descaro y desfachatez o si bien, debido a la que está cayendo en torno al PP, alguna pieza debería ofrecerse. En cualquier caso, tanto la fiscalía de Baleares como el Fiscal General del Estado nos deben una explicación acerca de su propuesta, en el principio de las investigaciones, de archivar el caso.
El señor Ratzinger, alias Benedicto XVI, echa balones fuera en el caso de los múltiples casos de abusos sexuales con niños y/o efebos. Ay, el pecado. No señor, no. ¡El delito! El señor Cañizares que es otro alto cargo de la jerarquía eclesiástica nos dice que la iglesia no está preocupada por estos casos. Obscenidad sobre obscenidad. El día que empiecen a denunciarse los casos en este país…
La señora Aguirre nombró para el observatorio contra la violencia de género a un señor (Neira se llama) que mediante su peregrinaje de televisión en televisión va mostrando el ser violento que lleva dentro; el ultra que en realidad es. El acto que lo llevó a ser homenajeado y admirado como héroe, ¿no sería una mera trifulca entre macarras? La defensa que hace de él la señora Aguirre me trae a la memoria la que hizo de otro ultra llamado German Terchs (o algo así).
Otra estación, esta local, me está causando verdadero quebranto. Me refiero a la disputa por el texto de la leyenda explicativa en el monumento a las víctimas del Mercado. Debo aclarar, que a mí no me gustan los monumentos. Quizás obedezca esta desafección al hartazgo que me produjeron las numerosas visitas a Guelgamuros, para cantar en la monstruosidad allí construida por un señor bajito y muy cruel que se llamaba Franco, durante mi niñez de internado en el Auxilio Social (pero todo eso es ya otra historia) y que me dejó exhausto; saturado. Según he leído en la prensa, no se trata ya de eliminar “fascista”, sino que la señora Castedo no quiere ninguna mención a “izquierda o derecha” en un alarde de venenosa asepsia (permítaseme el oxímoron). Pero bueno, es que no se entera, ¿Es que no hay nadie capaz de hacer entender a esta señora que no se trata de derecha o izquierda, sino de agresores y agredidos; de verdugos y víctimas? ¿O sí se entera y toma posición a favor de los agresores frente al pueblo llano alicantino? ¿Qué les debe a los agresores y qué al pueblo llano? Tengan en cuenta esto y lleguen a un acuerdo decente.
Son cuatro estaciones que me han dejado para el arrastre, necesito un Cirineo, pues hasta catorce queda mucho trecho.

Pep Burnes. (Alicante, 2 de abril 2010)

CELDA 211


Ahí va otro artículo de Joaquín Botella desde las barricadas.

LOS GOBIERNOS, EN LA 211

En diciembre, participé en un acto público donde compartí tribuna con un jefe de servicios de prisiones. Tanto de la conversación que mantuvimos antes de su intervención como de lo que en ésta expuso, concluí que ojalá todos los funcionarios de ese cuerpo fueran como él, que, entre otras muchas actividades para los internos, les organiza talleres literarios y no los mira como si fueran apestados.

En esas fechas, “Celda 211” estaba en pleno apogeo, y, coméntandola él, sostuvo que no ofrecía una visión actual de la cárcel, pues hoy ya no se maltrata a los presos. Yo, que, sólo he estado en ella poco más de una semana -y de eso hace ya casi 30 años y un día-, y que no había visto la película, ¿qué podía contestarle? Obviamente, nada; así que me callé. Aunque pensé que hijos de puta ha habido, hay y habrá siempre; y que, si estando en libertad, donde el ciudadano tiene muchos más recursos para denunciar los abusos de autoridad, son tantas las injusticias que quedan impunes, ¿qué no pasará en las inaccesibles cárceles?
Ayer la vi. Pero, más que la cuestión del maltrato, o de si deben suprimir los arrestos incomunicados, o si los bis á bis han de ser más frecuentes, lo que encontré interesante de verdad en la película fue la actitud del Gobierno, que, para evitar que le salpicase la mierda, no duda en encargar a un sicario-preso-chivato el asesinato de un funcionario que, inesperadamente, se convierte en un preso-mosca cojonera.
Yo no sé si Celda 211 merece o no los premios que ha recibido, pero, aunque sólo sea por la audiencia que le han propiciado, me parece bien que los tenga, porque es conveniente que trascienda a la sociedad –aunque ésta, al igual que siempre, siga pasando- cómo actúan los gobiernos, tanto fuera como dentro de la cárcel, que es en donde, si todo se destapara, tantas veces deberían estar.

sábado, 3 de abril de 2010

DÉJÀ VU, LA HISTORIA SE REPITE.


No tenemos arreglo, la historia se repite con una tozudez desesperante. Y no hay nada que hacer. Uno quisiera dejar de predicar en el desierto y que las personas sensatas le escucharan alguna vez. Pero, ¿hay alguna persona sensata en Alicante? Seguro que sí, pero no tienen poder para decidir nada, porque ambicionar el poder es una de las cosas más insensatas que se pueden hacer en esta vida.
Hace ya cuatro años, el 27 de mayo de 2006, en la sección "Tribuna" del diario INFORMACIÓN de Alicante apareció este artículo mío quejumbroso y desilusionado que se diría que no ha perdido nada de actualidad. Entonces me resarcí haciendo el Camino de Santiago. Ahora, por motivos familiares, ni siquiera puedo salir corriendo, o andando, en busca del Finisterra.
Ya digo, no hay nada que hacer, los insensatos gobiernan el Mundo y a mí siguen dándome bofetadas. Lo tengo merecido por confiar en el ser humano y por ambicionar la Utopía.
Y es inútil decir que nunca más lo volveré a hacer, porque yo tampoco tengo arreglo.


LA PLACA.

Tener el juicio sereno, ecuánime y racional es lo más difícil del mundo. Y eso se ve, sobre todo, en las relaciones humanas. Pensar de manera fría y exponer las ideas de forma que las razones lleguen a sus destinatarios sin que nadie pueda ofenderse es un arte que yo no sé si poseo. Por eso, voy a intentar explicarme y, después, trataré de olvidarme del asunto, alejándome del escenario y del tema por una temporada.
Viene esta disquisición a propósito de los desagradables sucesos que han entristecido mi espíritu en estos días pasados. Días, por cierto, que yo esperaba hermosos y reconfortantes, como un digno colofón al trabajo emprendido hace meses, cuando me propuse escribir un libro sobre el horrible bombardeo que sufrió Alicante el 25 de mayo de 1938.
En la tarde del 25 pedí perdón a mis amigos por el lamentable error que había cometido al pensar que los regidores de nuestro Ayuntamiento iban a saber estar a la altura de las circunstancias, colocando una placa digna de ese nombre en la Plaza del Mercado. ¿La han visto ustedes? ¿No han sentido vergüenza ajena? Parece inconcebible que un Ayuntamiento que se gasta millones en esculturas como el “Busto de Agamenón” frente al Teatro Principal, pueda encargar esa plaquita de azulejos, enmarcada en una “caña” de madera y sujeta con dos alcayatas y dos tornillitos, para honrar a las víctimas del peor acto terrorista sufrido nunca en Alicante y, quizá, en toda España. ¿Cuánto tiempo piensan que va a durar “eso” en la fachada del Mercado, a disposición de los vándalos y los elementos? Yo me asombro de la falta de sensibilidad y de inteligencia política de nuestros ediles. ¿Tanto les hubiera costado convocar a la Comisión Municipal para la Memoria Histórica? Me consta que entre los integrantes del Grupo Socialista hubieran encontrado una buena disposición para acordar un texto adecuado y una placa de dimensiones y materiales decentes. Y con esa mayoría asegurada en el Ayuntamiento, invitar a la Comisión Cívica, a la Plataforma, a los sindicatos, partidos y asociaciones e intentar integrar a todos en un consenso final hubiera sido lo inteligente, para culminar un acto solemne y digno donde todos tuvieran cabida. En cambio, uno podría sospechar que ese desdén y ese desprecio a los sentimientos de los afectados, y a los alicantinos en general, de que han hecho gala nuestras autoridades es el reflejo delator de una ideología inconfesable, que aún perdura en nuestra derecha. Si no lo es, lo parece; y en política las apariencias son fundamentales.
En cuanto a mis amigos de la Comisión Cívica, con todo el cariño y la admiración que les tengo, siento que debo hacerles alguna objeción: Modestamente creo que para conseguir sus fines, que son también los míos, necesitan el apoyo de TODO el pueblo de Alicante, no sólo de los sectores de opinión más nostálgicos de la II República. Para mi la República es el régimen legítimo que fue violado y usurpado por los fascistas de Franco, y que tiene toda la legitimidad histórica que muy pocos le niegan hoy día. Pero a mí, como a muchos otros, el posible advenimiento de una III República no me quita el sueño. Lo que me quita el sueño es la Democracia. Porque conozco algunas repúblicas gobernadas por déspotas y algunas monarquías impecablemente democráticas. Lo que hay que hacer es perfeccionar la democracia incansablemente, de la forma menos traumática posible; que para traumas ya tuvimos la Guerra Civil, de la que el bombardeo del mercado es una clara muestra. Por esa razón, muchos ciudadanos prudentes se asustan de las banderas republicanas y apasionadas soflamas, y prefieren no asistir a actos como el del día 25, aunque de corazón estén con las víctimas. Si queremos un consenso general sobre la memoria histórica, debemos llamar a nuestro lado a toda la gente de buena voluntad, sea cual sea su ideología democrática.
No voy a mantener polémica alguna al respecto. Sólo pido a mis amigos alicantinos que reflexionen y escarmienten en la cabeza de este pobre escritor, que creía haber hecho un servicio a su “terreta” escribiendo una novela y ha recibido bofetadas por todos lados.
Así que me voy a hacer el Camino de Santiago, a ver si los bosques norteños, el Románico y las noches estrelladas me devuelven la alegría.

Miguel Ángel Pérez Oca.
(publicado en Información el 27-5-2006)