lunes, 16 de agosto de 2010

¿SON TONTOS LOS NACIONALISTAS?


El otro día leí en la prensa el espeluznante relato del rescate de un náufrago de una patera por una barca de pesca de Santa Pola, cerca de la Isla de Tabarca. El desdichado joven argelino llevaba flotando con su salvavidas amarillo desde hacía más de 12 horas, tenía los pies y las manos llagados y solo tuvo fuerzas para lanzar un grito de socorro a los pescadores y hacer un gesto con el brazo antes de perder el conocimiento. Después contó que iba con otros 8 compañeros cuyos cadáveres han ido apareciendo en nuestras playas. Terrible.

Yo me imagino que los abuelos de este joven lucharon heroicamente contra los franceses para conseguir la independencia de Argelia, sin saber que, gracias a su lucha nacionalista, ahora su nieto ha estado entre la vida y la muerte tratando de llegar a Europa en una barquichela para salir de la miseria. Y me pregunto si no hubiera sido más inteligente que los argelinos, en lugar de reclamar la independencia, hubieran luchado por conseguir la plena integración como ciudadanos franceses con todos los derechos y un estatuto de autonomía, como el que tenemos en las distintas nacionalidades y regiones de España, que les permitiera mantener su cultura, lengua y religión sin cortapisas. Ahora Argelia sería un departamento francés con un nivel de vida similar al de la Francia continental y sus jóvenes no necesitarían jugarse la vida para acceder a los puestos de trabajo de la metrópoli.

¿Vivirían mejor los irlandeses si hubieran continuado siendo británicos? ¿Y los saharahuis siendo españoles? ¿Y los macedonios siendo yugoslavos? Seguramente. ¿Por qué los gibraltareños prefieren seguir siendo ingleses y los melillenses no quieren ser marroquíes? Es evidente.

De siempre, los nacionalismos han sido cosa de pequeños burgueses, de señoritos de pueblo que prefieren ser cabeza de ratón antes que cola de león. Lo que nos pasa en España es que el rancio nacionalismo castellano - mal llamado español - ostentado por el tirano Franco, unió a las izquierdas, al centro liberal y a los nacionalistas periféricos en la lucha antifranquista, y ahora parece que ser nacionalista catalán, gallego, vasco o valenciano es algo así como progresista. Pero, no nos engañemos, si somos inteligentes no confundiremos la libertad con el aislamiento y lo que reclamaremos será más y más democracia en un estado fuerte. Que se me tache de jacobino no me ofende. ¿O es que si las pequeñas naciones centroamericanas se hubieran unido en un país grande y fuerte no serían capaces de combatir mejor las ingerencias yankis? Los separatismos, en esta época de aldea global y unión europea son un anacronismo inútil.

Todavía hoy tengo que leer en el blog Alicante Vivo algún artículo de cierto nacionalista trasnochado que se empecina en llamar traidor a un alcaide castellano de nuestra fortaleza de Santa Bárbara por no haber rendido su castillo a "Nuestro Señor Jaime II". Estos chicos viven en la Edad Media, sin darse cuenta de que tanto los señores castellanos como los aragoneses-catalanes eran todos unos despreciables carniceros, explotadores del verdadero pueblo ibérico, el milenario pueblo de estas tierras, que en ese tiempo profesaba la religión islámica, lo que le daba a los invasores del norte excusa para llamarlos moros, expoliar sus tierras y acabar expulsándolos de su país ancestral.

A mí me dan vergüenza ajena - muy ajena - esos "patriotas" de via estrecha, tanto separatistas de la periferia como centralistas absorbentes, que en nombre de viejas historietas pretenden que odiemos al diferente. Seamos claros: Si para los nacionalistas de aquí ser valenciano es mejor que ser murciano, este nacionalismo es una forma de racismo.

Mi nacionalidad es la Raza Humana. El planeta Tierra es mi país. Y me siento más solidario con un trabajador de Sumatra que con un señorito alicantino. Y creo que la voz gloriosa de "Trabajadores del Mundo uníos" es incompatible con cualquier nacionalismo, por el que no valdría la pena derramar la más pequeña gota de sangre.

Y al que le pique que se rasque.

Miguel Ángel Pérez Oca.

4 comentarios:

epoca dijo...

Por desgracia todos los nacionalismos acaban y algunos empiezan, siendo excluyentes. Es decir Xenofobos y fascistas. Así es que me limpio el trasero con todo tipo de trapo que indique fronteras. ¡Oido cocina !.

Anónimo dijo...

Por lo visto todo el que no piensa como vd es tonto.......
Javier.

JULIOCAMASANET dijo...

Querido primo, soy Petete, acabo de leer tu acertado comentario sobre los Nazionalismos, es la una treinta del martes. ¿que no daria yo, por tener en Cataluña un bloc como Alicante Vivo?.Desde el pequeño pueblo en que vivimos, con solo 12.000 habitantes seria posible ?No lo creo,esto es como la Torre de Marfil, se vive demasiado bien. Un fortísimo abrazo y con la mejor de las envidias.Besos a todos.

Miguel Ángel Pérez Oca dijo...

Para Javier, cariñosamente: Yo no afirmo que todos los nacionalistas sean tontos, sino que lo pregunto, con cierta angustia, a la vista de los resultados. Es muy posible que haya quienes tengas poderosas razones para profesar un nacionalismo, pero yo les prevengo de que quizá es peor el remedio que la enfermedad, en este mundo ya convertido en una aldea global de cultura única, nos guste o no. Por otro lado, si leemos la historia de todos los pueblos veremos que las disputas que más mueertos han causado son las "patrióticas" y las religiosas.
mi respeto para todas las creencias, pero dejadme que dé un grito de socorro ante los peligros de la potenciación desmesurada de los instintos grupales. Mirad si no en qué ha acabado el Mundial de Futbol: "Somos los mejores" es el grito unánime porque un señor en calzoncillos ha pegado una patada a una bola y la ha metido en un área cuadrada. ¿No es irracional e, incluso, peligroso?
Creo que preocuparse por el planeta en general y por la humanidad en su totalidad es preferible. Pero que cada cual piense lo que quiera, que esto es, o debería ser, una Democracia.
Salud.
Miguel Ángel Pérez Oca.