jueves, 30 de septiembre de 2010

ASTRÓLOGOS EN LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE.








Este fin de semana, una autodenominada Sociedad Española de Astrología – sí, sí, “de Astrología”, no de Astronomía – se propone dar unos cursos de ese tradicional y supuesto “arte adivinatorio” en nuestra Universidad de Alicante. Ni los “adivinos” astrólogos podían llegar a más ni la Universidad Lucentina podía llegar a menos. No sé en qué estaría pensando su Rector Magnífico, D. Ignacio Jiménez Raneda, cuando autorizó tamaño atentado contra el prestigio y la credibilidad de la institución que dirige. Toda universidad debería ser un baluarte de la Ciencia y el Conocimiento y no un refugio de personajes equívocos que viven de prácticas anticientíficas, mimetizadas en ocasiones de ciencia en lo que hoy día constituye el mayor fraude que se intenta perpetrar sobre el pueblo mal informado. Es lo que el movimiento escéptico llama "pseudociencias" y que los científicos e investigadores tienen muy claro; al contrario, lamentablemente, de ciertos sectores de los denominados “de letras” o humanidades que, con su relativismo cultural, dan cancha a todos los chamanes, brujos y demás “alternativos” que vienen a vendernos sus supercherías. No sé si la Economía es una ciencia o una pseudociencia, dado su fracaso en predecir una crisis que muchos legos en esa abstrusa materia veíamos venir desde hace años, y no sabría si calificar a los economistas como pertenecientes a la rama de ciencias o de letras. Lo digo porque el señor Rector es economista y no sé si esto lo exculpa o no; aunque me temo que ninguna persona culta, pertenezca a una u otra rama (yo, que estudié Empresariales, tampoco sé a qué rama adscribirme), sería capaz de no escandalizarse ante el ignominioso desembarco de los adivinos astrológicos en nuestra hasta ahora prestigiosa Universidad.
La Astrología es a la Astronomía como la Alquimia es a la Química. Son las madres locas de unas ciencias magníficas que tienen sobradamente acreditadas su cordura y su fiabilidad. El ser humano ha pasado por muchas etapas a lo largo de su búsqueda de respuestas a los misterios del mundo. Los antiguos mitos y supersticiones fueron poco a poco desterrados por una racionalidad que brotaba de las mentes más inquietas que, al carecer de precedentes y no haber asumido el papel primordial de la comprobación y el experimento, cayeron en errores propios de la infancia del conocimiento. Y así, personajes tan eminentes como Aristóteles, Platon y Ptolomeo se empeñaron en afirmar que la Tierra está en el centro del Universo. En este ámbito nació la Astrología Judiciaria, la que afirma gratuitamente que así como se pueden predecir los eclipses y las fases de la Luna, se puede pronosticar el futuro de los individuos observando la posición de los astros en el momento de su nacimiento. Tamaño absurdo cayó fuera de la Ciencia a la vez que el geocentrismo en el Renacimiento, gracias a personas tan sabias y abnegadas como Copérnico, Galileo, Giordano Bruno, Kepler y Newton, y solo ha permanecido como negocio y comecocos sobre las mentes ignorantes, entre los que incluyo a ciertos personajes orgullosos de no saberse la tabla de multiplicar porque son licenciados en “letras”.
Piénselo bien, señor Jiménez Raneda, no vengan después los del Tarot, la Güija, la Quiromancia, las mal llamadas “medicinas alternativas”, los lectores de posos de café, los de los platillos volantes, los del agua imantada, los de la Tierra hueca, los hacedores de milagros, los de las apariciones marianas, los del Yeti y el Big Foot y demás ralea a solicitar un aula en la Universidad “magufa” de Alicante para realizar sus vergonzantes prácticas.
Sé de buena tinta que los excelentes profesionales de la Astrofísica con que cuenta esa universidad ya han protestado, así como la Sociedad Española de Astronomía (si, si, esta vez sí, de Astronomía, no de Astrología), asociaciones racionalistas, publicaciones científicas y particulares amantes de la ciencia y la cultura.
No sé si a estas alturas el bochorno tiene remedio, porque aunque se prohibiera el desaguisado, el mal ya estaría hecho y con él el desprestigio de la entidad docente y sus responsables.
Es tremendo, si la progresión de la irracionalidad sigue avanzando, veremos dentro de poco licenciados en Ciencias Ocultas y doctores en Prácticas Adivinatorias, Embajadores de España en el planeta Ummo, Ministros de Acupuntura y Rectores de Universidades pseudocientíficas (bueno, de eso ya tenemos).
En el fondo, eso es lo que quieren los poderosos, esos que se escudan detrás del eufemístico título de “los mercados” que, no nos engañemos, tienen nombre y apellidos. La ciencia, como el dinero, la quieren solo para ellos, porque el conocimiento y la información son los sostenes más importantes del poder en este siglo; y que el pueblo se entretenga, consuma y estudie solo chorradas esotéricas y pseudocientíficas que no sirven para nada. Ahora que ya no se puede someter a las clases “inferiores” a la tradicional ignorancia, llenemos la tele de basura y las universidades (las públicas, no las privadas para señoritos) de tonterías mágicas.
He dicho.
Miguel Ángel Pérez Oca.

domingo, 26 de septiembre de 2010

VAYA FIN DE SEMANA: DE LIBROS NUEVOS Y COMIDAS DE VETERANOS.





Como resaca de una Huelga General no va a estar mal.

El próximo viernes, día 1 de octubre, a las 20,30 horas, en la maravillosa CASA-MUSEO MODERNISTA de CAJA MEDITERRÁNEO, Novelda (C/ Mayor, 24) y patrocinada por el EXCMO. AYUNTAMIENTO DE NOVELDA, CAJA MEDITERRÁNEO, ASOCIACIÓN CULTURAL ALICANTE VIVO y la Editorial ECU, tendrá lugar la presentación de mi novela “LA CRUZ AUSENTE”. Me harán la presentación D. Mariano Beltrá Alted, Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Novelda, D. Mariano Sánchez Soler, conocido escritor y periodista, así como profesor universitario, D. Gregorio L. Piñero Sáez, Estudioso de la Cruz de Caravaca e Interventor del Excmo. Ayuntamiento de Novelda, D. José Antonio López Vizcaino, Gerente de la Editorial ECU. y yo mismo.
Como en la Casa-Museo Modernista no se permite la venta de ninguna clase de productos, incluidos libros, se aconseja a aquellos asistentes que deseen tener un ejemplar de mi novela firmado por el autor, que lo compren previamente en la cercana Librería LA FARÁNDULA (c/ San José, nº 9, Novelda), o lo compren en días siguientes, y mi buen amigo el librero Augusto los guardará para que vaya a firmarlos.
Creo que la cita va a ser muy interesante y amena, vistos los presentadores y el marco de la Casa-Museo, verdadero monumento al Modernismo alicantino, que nos cede la CAM para este acontecimiento.
Conste mi más profundo agradecimiento a los presentadores y las entidades que representan.

En cuanto al sábado día 2, asistiré como socio fundador a la ASAMBLEA EXTRAORDINARIA DE SOCIOS de la ASOCIACIÓN DE VETERANOS DE IFNI DEL LEVANTE ESPAÑOL, y a la comida que tendrá lugar a continuación en el HOTEL HOLIDAY INN, sito en la Playa de San Juan (Alicante), Avda. de Cataluña, nº 20. La Asamblea tendrá lugar a las 13 horas y la comida a continuación. Está invitada la Alcaldesa Dª Sonia Castedo, que ha confirmado su presencia.
Aquellos veteranos de Ifni que sufrieron la triste guerra de 1957, y los que a continuación hicimos la mili en aquellas tierras, nos reuniremos a contarnos batallitas, reclamar al Estado las indemnizaciones pertinentes (¿por qué no reclamar, para al menos los que vivieron aquella guerra donde murieron unos 200 españoles, el mismo trato que a los combatientes de la Guerra Civil?) y consolidar nuestra Asociación. El precio de la comida es de 35 € por persona (70 por pareja).
Si algún veterano lee esto y no tenía conocimiento del evento, todavía se puede apuntar llamando a los teléfonos 965656033 y 965633798.
Reencuentros como estos, a tantos años vista, resultan muy entrañables y evocadores, aunque las circunstancias, entonces, no fueran precisamente felices. Afortunadamente, la memoria selectiva del ser humano acaba conservando los mejores recuerdos.

Vaya fin de semana, ¿eh?.

Miguel Ángel Pérez Oca.
(Autor de la novela “LA CRUZ AUSENTE”)
(Escribiente de la 3ª Compañía, 1ª Tábor, del Grupo de Tiradores de Ifni nº 1, en 1966 – 1967).

viernes, 24 de septiembre de 2010

MI AMIGO VASCO, MIS AMIGOS VASCOS.


Hacía 44 años que no nos veíamos. Estuvimos juntos en el campamento de reclutas de Sidi Ifni (entonces Africa Occidental Española). Entre los dos hacíamos un mural de nuestra compañía, la 5ª, en el que yo dibujaba y él rotulaba las caricaturas y chistes con los que, entre líneas, contábamos la triste realidad de aquella vida de sometimiento y humillaciones a las que nos sometían los militronchos franquistas. Había que tener optimismo y sentido del humor para poder sobrevivir, y no todos lo conseguían. Después, a mi me destinaron a Tiradores de Ifni nº 1 y a él a los servicios del mismo Campamento. Me pasé casi toda la mili en las montañas de la frontera, y alguna vez que bajé a la capital y pregunté por él me dijeron que estaba enfermo en el Hospital.

Durante más de 40 años, tanto él como yo tratamos infructuosamente de localizarnos. Pero un día llegó Internet y lo hizo posible. El año pasado organizamos en Alicante una Comida de Veteranos de Ifni y mi número de teléfono apareció en una página web que él leyó, y me llamó. Al fin, mi amigo vasco había resucitado de entre el limbo de los recuerdos.

Hace unos días, Suni y yo fuimos a visitar a mi amigo y a su mujer. Viven en una de esas ciudades industriales que conforman el complejo urbano de la Ría de Bilbao, en una típica casa vasca, de piedra con ventanas y contraventanas de madera, que fue en otros tiempos hogar de los empleados de alguna gran empresa industrial. Ahora restaurada, resulta muy acogedora y cómoda. Cuando llegamos a la Estación "Abando - Indalecio Prieto" estaban esperándonos para pasar una semana juntos. Suni y ella conectaron inmediatamente; nosotros nos reconocimos de inmediato y apenas rememoramos viejas batallitas. ¿Para qué? Nos las conocíamos todas y era preferible reanudar sin más aquella vieja amistad, como si solo hubiera pasado un día desde entonces. Aunque en aquella época teníamos toda una vida por delante y ahora la tenemos ya por detrás; entonces éramos dos mozalbetes inseguros y espectantes ante la vida y ahora somos dos carcamales jubilados que ya están de vuelta de todo.

Me ha sorprendido Bilbao, que yo recordaba de una vez, de paso hacia Cantabria, como una ciudad oscura y oxidada, ahogada en humos amarillentos. Este Bilbao de ahora es una urbe moderna y bonita, un prodigio de urbanismo humanista, con su Guggenheim, sus originales puentes y edificios, limpia y acogedora.

Visitar la sagrada Gernika, compañera de Alicante en ser víctima de un bombardeo criminal cuando la Guerra, con su árbol y su casa de juntas repleta de Historia, emociona.

Ver una regata de traineras en la Concha de San Sebastián y, después, indiferente a ciertas pintadas, ponerse morado de pintxos es un placer de dioses.

Comer pescado en el puerto de Getaria, a la sombra de Juan Sebastián Elcano, me hizo recordar a Enrique de Sumatra, compañero de viaje del marino vasco y personaje de una de mis novelas.

Llegarse a Cantabria y perderse en la inmensidad arenosa de las playas de Santoña, donde Juan de la Cosa dibujó el Mundo, resulta desconcertante para un Alicantino acostumbrado a ver salir el sol por el mar.

Viajar por Euskadi y sus aledaños es una experiencia inolvidable. Sobre todo si este viaje es el telón de fondo de un reeencuentro con una entrañable amistad rediviva después de 44 años.

Gracias por vuestra hospitalidad y vuestro cariño, Manolo y Miritere.

Miguel Ángel Pérez Oca.

LA HUELGA, UN GESTO DE DECENCIA.



Al final firmé el Manifiesto. Fui a la reunión del otro día en la Sede Universitaria con ánimo de aclararme las ideas, sin tener del todo claro si apoyaría o no lo que en un artículo de este mismo blog había calificado de insuficiente e inútil. Decía entonces que una Huelga General de un día es solo una huelga simbólica, una especie de fiesta nacional que pagan los trabajadores, toda vez que los patronos se ahorran el sueldo de ese día y los trabajadores, en su inmensa mayoría, recuperan gratis el trabajo perdido en la jornada. Sigo considerando que es así. Sin embargo, hay algo más, mucho más. Si no sabemos todavía si la huelga tendrá un seguimiento importante, ¿cómo podríamos esperar que la gran masa de los trabajadores fuera a una huelga general indefinida, hasta la caída del Gobierno o la retirada de sus antisociales medidas laborales? Es triste, pero hay que reconocer que el día del ascenso del Hércules a primera, y no digamos nada del día en que España ganó la Copa del Mundo, había más gente celebrándolo en la Plaza de los Luceros que la que acudió a la manifestación del 1 de Mayo. Y muchos de los que gritaban y saltaban de alegría en esas dos ocasiones deportivas, y no se habían molestado en manifestarse… ¡estaban en el paro! Quizá podríamos aducir que esta huelga debilitará más a Zapatero y dará oxígeno a la derecha del PP; que si gana las próximas elecciones generales se va a encontrar el trabajo sucio hecho por el PSOE, y tendrá además argumentos para seguir apretando las tuercas a los asalariados con contratos basura y despidos de caca de la vaca; que la gente, colectivamente, tiene lo que se merece. Se podrá argumentar también que esta convocatoria ha sido muy poco inteligente por parte de las cúpulas sindicales, que se la van a jugar a una sola carta: Si la huelga fracasa ya no tendrán a dónde agarrarse. Que hubiera sido mucho más astuto movilizar a la gente en manifestaciones gigantes, los sábados, al estilo de las que se hicieron contra la Guerra de Iraq. Son muchas las razones que nos hacen dudar a muchos de la oportunidad de esta huelga, es verdad. Pero hay algo que se llama decencia, dignidad, pundonor, vergüenza torera. “Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”, que decía el Almirante Méndez Núñez, mientras mandaba a nuestra flota a sucumbir bajo los modernos cañones de la Armada Norteamericana. ¿Los gestos de pundonor son inútiles? Para la gente práctica, puede que sí. Pero recapacitemos: Si personas como Giordano Bruno o Galileo no hubieran preferido ser castigados por la Inquisición antes que renunciar a sus ideas, puede que en la actualidad todavía pensásemos que la Tierra está en el centro del Universo… y no tendríamos GPS, ni satélites meteorológicos, ni teléfonos móviles. Los soñadores románticos aportan un importantísimo impulso al progreso humano, del que luego se beneficia la gente práctica. La vida es así, y la gente decente y utópica es así también. La decencia es una virtud exclusiva del ser humano; de solo algunos seres humanos, me podréis decir, pero yo os contestaría que esos seres humanos, los decentes, son los que llevan la antorcha. Y si no mantenemos la antorcha en alto, nos hemos rendido de antemano.
El otro día, en la reunión de la Sede, un sindicalista despejó todas mis dudas con una sola frase: “Esta huelga debe ser un gesto de decencia”. Tenía toda la razón. Y a pesar de las dudas que todavía me atormentan, firmé el Manifiesto.
Faltaría más.
Miguel Ángel Pérez Oca.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

VUELVO A LA RADIO.


Me gusta hablar con mis amigos. Me gusta compartir mis hallazgos, mis sorpresas, mis opiniones y mis sentimientos, sin crispación, sin aspavientos, tranquilamente, ante una mesa con personas agradables. Creo que ese es el mayor placer intelectual que la vida puede darnos. Y la radio me brinda esa oportunidad. Luz Sigüenza, de ONDA CERO Alicante, me ha propuesto que hable con ella todos los lunes a las 13,30 horas, en su programa de radio. Y he aceptado, naturalmente. Así que, ya digo, os espero todos, los lunes a las 13,30 horas en ONDA CERO Alicante ( 106.5 FM) para hablar de Alicante, su historia y sus historias, y alguna que otra vez de Astronomía y otras muchas cosas.

Mientras nos oís, podéis tomaros una cervecita a nuestra salud, o un vermouth, una horchata, un aigua cebá o lo que os apetezca, que nosotros os acompañaremos desde aquí, a la sombra de las palmeras de la Explanada.

¡Qué vida!

Miguel Ángel Pérez Oca.

sábado, 18 de septiembre de 2010

JUSTO, JUSTO...







Fotografías.- Ante la tumba de Justo y otras 300 víctimas. Los datos del niño en el Libro de Registros del Cementerio. Hablando con Juan ortíz, otro superviviente.

Eran tiempos de guerra, de violencia y sangre, la zona de Peñarroya y Pozoblanco se veía azotada por el vendaval del frente y muchas familias abandonaron sus hogares para refugiarse en retaguardia. Así es como llegaron a Alicante Feliciano Santos y Eoristela Pérez, con sus hijos Ángel, Justo, José, Camelia y Victoria. Los niños Justo y José iban a una escuela de la calla de Velázquez, donde también asistía mi amigo Juan Ortiz. El 25 de mayo de 1938 las bombas italianas cayeron sobre el Mercado Central y sus aledaños. José Santos Pérez - el niño José de entonces - recuerda que la maestra lo escondió debajo de un puesto de verdura para protegerlo. Después perdió el conocimiento, al recibir un impacto en la cabeza. Despertó en el Hospital, pero nadie le supo decir qué había sido de su hermano. Feliciano y Eoristela tampoco pudieron averiguar el paradero del niño Justo, en medio del caos y la confusión desatados en Alicante, con unos servicios públicos completamente desbordados por 300 fallecimientos y multitud de heridos que abarrotaban hospitales y depósitos de cadáveres. Al término de la guerra, la familia, con un miembro menos, volvió a Peñarroya con la angustia de no haber podido siquiera identificar el cadáver de Justo y visitar su tumba. Se dice que Eoristela jamás hablaba de la guerra y de Alicante, y que Feliciano siempre guardó en lo más profundo de su dolorido pecho la descabellada esperanza de que su hijo hubiera podido sobrevivir y quizá alguien lo hubiera amparado y mandado al extranjero con tantos otros niños refugiados… Justo, Justo.
67 años después, yo me encontraba bastante cabreado, como acostumbro a estar cuando me tropiezo con cosas mal hechas o injustas que me indignan - la indignación es mi más potente motor literario -. Mi madre me había dicho que le parecía increíble que ningún escritor alicantino se hubiera molestado en escribir un libro sobre el bombardeo que ella también sufrió y que todavía hoy le provoca pesadillas. Era verdad, en Alicante había escritores que por su fama e incluso cargos, deberían haberse sentido obligados a publicar un libro con los testimonios de los sobrevivientes, de los que cada vez quedaban menos, arrebatados ya irremediablemente por la senilidad y la muerte. Así que me puse manos a la obra. Mi amigo Vicente Hipólito me hizo una sugerencia feliz: “Oye, Miguel, ¿por qué no consultas los registros del Cementerio de Alicante?” Y así lo hice, y elaboré una larga y espeluznante lista de enterrados en nuestro cementerio el día 26 y siguientes: 273, de los cuales más de 100 figuraban sin identificar. Era una cantidad enorme para una ciudad de 90.000 habitantes, aún sin contar los que morirían después a causa de las heridas y los que fueron enterrados en Mutxamel, Campello, San Juan y San Vicente. En esa lista aparecía un nombre: “Justo Santos Pérez. 12 años”, el hijo de Feliciano y Eoristela, enterrado en la fosa común del cuadro 12 del Cementerio Municipal de Alicante.
Recientemente, recibí, por medio del blog Alicante Vivo, un mensaje de Mari Carmen Santos, hija de José, el hermano sobreviviente de Justo. Se había enterado por una prima suya, hija de Ángel, el hermano mayor ya fallecido, que en un libro sobre el bombardeo, titulado “25 de Mayo. La tragedia olvidada”, aparecía el nombre del niño perdido. Deseaba acompañar a su padre a visitar la tumba de su hermano y me pedía ayuda.
Ayer fue un día de gran emoción para mi. Mari Carmen Santos, con su esposo, y José Santos Pérez con su esposa y sus sobrinos de Alicante, se presentaron ante el Mercado Central para que los acompañase a los lugares de la tragedia olvidada. Vimos el lugar donde cayeron las bombas, que hoy se llama “Plaza del 25 de Mayo” gracias a la insistencia y los desvelos de los que peleamos por Alicante desde “Alicante Vivo”; vimos el lugar donde debería estar ya el monumento que no se pone por un quítame allá una palabra, como si las personas no fueran más importantes que las voces. Lo ha dicho otro superviviente del bombardeo, Juan Ortiz: “Lo importante es honrar a las víctimas. Que se ponga o no la palabra fascista no me importa”. Fuimos al Archivo Municipal donde José, lleno de emoción, pudo ver el nombre de su hermano en el viejo y ajado libro de registros. Y acabamos en el cementerio, depositando un ramo de flores en una de las tres lápidas que conmemoran a las 300 víctimas de aquel bombardeo infame, realizado intencionadamente sobre la población civil por aviadores fascistas italianos a las órdenes de Franco. Que quede todo esto bien claro, en provecho de la Historia.
Debo agradecer el comportamiento de los empleados del Archivo Municipal y del periodista y el fotógrafo del Diario La Verdad de Alicante, que realizaron el excelente reportaje que hoy ha salido en sus páginas. Se mostraron dignos de la memoria del maestro Pepe Picó, al que todos lloramos. Y debo también agradecer a la familia Santos Pérez por su comprensión y sus palabras de agradecimiento no merecidas. El patriarca, José Santos Pérez, se lamentaba de que sus padres Feliciano y Eoristela hayan muerto sin llegar a tener noticias de su hijo en un libro que debió escribirse hace muchos años y que yo tuve que publicar ante la desidia de quienes debieran haberlo hecho. Ahora es muy fácil dar encendidas arengas y mostrar una santa intransigencia, pero trabajar por la Memoria Histórica es pensar en los deudos y los testigos, en las personas que guardan la memoria, sin la que la Historia no tendría objeto. Aplíquese cada cual la moraleja que quiera.
José y su hija se lamentan también de que ni en el cementerio ni en la plaza del 25 de Mayo figura una lista de las víctimas, debidamente sancionada por alguno de esos eminentes doctores en Historia que tiene nuestra Universidad. Ellos también tenían la obligación moral de investigar y averiguar lo que este modesto escritor, aficionado a la Historia, hizo con solo ir al Cementerio y preguntar por el libro de registros.
En fin, allá cada cual con sus responsabilidades derivadas de los cargos que ostentan y los sueldos que cobran. Yo, por las noches, duermo muy tranquilo, con la inefable sensación del deber cumplido, y ahora más, porque haber ayudado a encontrar a Justo es el mejor pago que he podido recibir nunca por mi trabajo de escritor. Ahora, que los demás cumplan también con sus obligaciones, si quieren. No los mencionaré expresamente porque ellos saben muy bien a quiénes me refiero.
Lo importante, aquí, ahora y siempre, es Justo, Justo…

Miguel Ángel Pérez Oca.

martes, 14 de septiembre de 2010

LA FRAGILIDAD DE LAS VOCES.


Hay voces, escritas, escuchadas o televisadas, que se convierten en señas de identidad de una ciudad. Son las que nos dicen lo que pasa, las que nos acompañan en nuestras horas de descanso y reflexión, las que nos ayudan a tener un criterio. Pero las voces son frágiles, por culpa de la Naturaleza, del tiempo cronológico o de la cochina rapiña de las empresas mediáticas capitalistas. Y, de pronto, es como si nos hubiéramos quedado sordos, oiga. Se nos ha jubilado Vicente Hipólito, se nos ha muerto Picó, han despedido a Ana Antolín y José María Perea ya no aspira a ser nuestro Alcalde. ¿Qué ha sido de nuestros periodistas? A Vicente lo jubiló el tiempo, que no su capcidad de convocatoria, porque él seguiría en su puesto, inasequible al desaliento, si le dejaran. A Picó se lo ha llevado la cochina Naturaleza, con sus caprichos y sus putas enfermedades y accidentes vasculares. José María Perea se ha rendido ante los políticos profesionales y sus martingalas, y ahora nos acosa el peligro de que nos quieran hacer comulgar con las ruedas de molino del "camarada Moscú", ex socialista (si alguna vez lo fue) y ex dirigente patronal. Y... bueno, lo de Ana Antolín clama al Cielo (Si el Cielo existiera más allá de los paraísos fiscales). Que una periodista de su prestigio y su currículum, que honraría con su presencia la plantilla donde participase, se tenga que enterar de su despido al leer la nómina del mes; que un encargado de recursos humanos tenga tan poca dignidad y tan poca hombría (¿es un hombre, verdad?) que no se atreva a dar la cara y explicar al despedido las razones por las que se prescinde de sus servicios, define a la empresa donde sirve el sicario de marras... Si allí sobra alguien, no es precisamente Ana Antolín. Pero las decisiones del Capital (eso de lo que escribió el mayor de los Hermanos Marx) son inexcrutables.

Qué le vamos a hacer. Las voces son frágiles y este puto sistema en el que vivimos está lleno de gente de esa de la que decía mi abuelo que si volasen "mai es vería el Sol".

Por culpa de los dioses y los monos encorbatados nos estamos quedando sin voces.

¡Eoooo! ¿Hay alguien ahí?

Silencio.


Miguel Ángel Pérez Oca.

lunes, 13 de septiembre de 2010

LOS PROBLEMAS PERIFÉRICOS DE ESPAÑA.


"Español" no es una palabra autóctona. Si fuera una palabra de origen castellano, sería "españense", "españano", "españino" o "españés". Fue esa una denominación que debemos a los franceses del siglo XVII, nos guste o no. Y de la misma manera que no podemos dejar de considerarnos europeos todos los que vivimos entre Gibraltar y los Urales, nos guste o no, el mundo denomina españoles a todos los que viven dentro de los contornos del actual Estado, les guste o no a los que les gusta o no. A mi tampoco me gusta pertenecer al Género Humano, pero no tengo más remedio que admitirlo, aunque me dé vergüenza en muchas ocasiones. Digo esto porque, reconocida la realidad histórica y lingüística del término "español" y su ubicación geográfica, debemos también reconocer que los catalanes y los vascos no son castellanos, les guste o no a los castellanos. Y es que hay que dejar las cosas claras. Estos días he estado en el País Vasco, o Euskadi, que dicen ellos con todo el derecho del mundo, y he podido comprobar que los vascos, además de ser francos, honrados y buena gente en su inmensa mayoría, no son castellanos. Son vascos, hablan, o hablaban, vascuence, sienten en vasco y tienen una personalidad histórica muy acusada. Y aunque comparten con el resto de españoles muchas características y tics, NO SON CASTELLANOS. Y eso mismo nos pasa a los catalanes y a quienes como ellos, valencianos y baleares, provenimos de la antigua Marca Hispánica de Carlomagno. Se pongan como se pongan los españolistas que erróneamente, o interesadamente, identifican lo español con lo castellano, vascos y catalanes NO SON CASTELLANOS, aunque podrían aceptar unánimemente (o casi) ser españoles en una España que los deje ser catalanes y vascos. Esa es la cuestión. Ese es el problema vasco y el problema catalán y esos son los problemas periféricos de España.

Cuando el estúpido Camilo José de Cela dijo aquella sandez de que "es una tontería llamar castellano al idioma español", puso el dedo en la llaga de su impertinente españolismo casposo de derecha rancia y su prepotencia de señorito castellanoide. El hombre escribía bien, pero era un mastuerzo, y que me perdonen los que piensan otra cosa.

El asunto de los separatismos tiene su origen en la prepotencia de los que se arrogan la titularidad del "patriotismo español", que en el fondo es meramente castellano, y que pretende homologar a todos los españoles como habitantes de la Meseta. El rey Felipe V, que era francés y no sabía ni papa de los problemas de convivencia entre los distintos pueblos de España, quiso con su Decreto de Nueva Planta homogeneizar a unos pueblos inhomogeneizables. Y desde entonces, así nos va.

El secreto de tener una España aceptada por todos es hacer de España un proyecto atractivo para todos. España, le guste o no a los que les gusta o no, es un Estado compuesto por distintas Naciones. Hay una rama histórica que desciende desde Asturias y crea Castilla, Andalucía, Extremadura y Murcia, y cuyo idioma, por diversas circunstancias, es absorbido por Aragón, la Rioja y otros territorios. Hay otra rama nacional que proviene de las conquistas de Carlomagno en la actual Cataluña, y se prolonga, en la mal llamada Reconquista, por Valencia y Baleares. Y aún hay una tercera rama de gente irreductible a la que hubo de reconocer la categoría general de hidalgos para que se avinieran a someterse al Rey de Castilla, que son los vascos. Fue un matrimonio entre reyes, los bien llamados Reyes Católicos (apostólicos y romanos), los que crearon este Estado en el que vivimos, agrandado mediante las conquistas de Navarra y Granada, y uniformizado religiosamente con la expulsión de judíos y moriscos. Y de este modo tan artificial como expeditivo conformaron esta nación de naciones que llemamos España y que algunos quisieran que fuese una especie de Super Castilla. Que no le toquen las narices a vascos y catalanes, que el Tribunal Constitucional no quiera imponerse a la voluntad del pueblo de una Nación que se reconoce como tal, porque la ley debe estar al servicio de la Democracia y no al revés. Y, en fin, que se dejen unos de proponderancias seculares y otros de separatismos precipitados, y analicemos estos problemas periféricos de España con la mayor frialdad posible; porque estoy seguro de que si se nos ofrece un Estado democrático y fuerte donde cada uno puede ser lo que es, sin imposiciones centralistas, todos querremos ser españoles. ¿O no?

Debatamos nuestros problemas educadamente y rechacemos la violencia por encima de todo, que la inmensa mayoría de los presuntos españoles - castellanos, catalanes y vascos -, somos gente razonable y pacífica, que podría llegar a construir una convivencia provechosa para todos si se fueran a la mierda todos esos profetas del patriotismo centrífugo o centrípeto y de la lucha heroica y violenta por una banderita o un himno, que no son más que logotipos y charanga. Lo importante, de verdad, es el ser humano y su felicidad. Lo demás, paparruchas.

¿No es cierto?

Miguel Ángel Pérez Oca, ciudadano del Mundo.

sábado, 11 de septiembre de 2010

EL REY VA DESNUDO EN EL GUGGENHEIM.
















Unos sastres sinvergüenzas habían convencido al Rey de que podían hacerle un traje mágico que resultaría invisible para los necios. Después de cobrarle una elevadísima suma, fingieron ponerle dicho traje inexistente, ante el que todos temían revelar su necedad si reconocían no verlo, incluido el mismo Rey. Y así la regia comitiva salió a la calle y todo el mundo fingía ver el maravilloso traje y alababan su hechura y su elegancia, hasta que un niño inocente y, desde luego, nada necio, exclamó: "¡El Rey va desnudo!", para vergüenza de todos. Este genial cuento de Hans Christian Andersen nos revela cómo los caraduras pueden hacer que los papanatas acepten sus supercherías como cosas realmente valiosas. El papanatas ve realmente el engaño, pero no se atreve a reconocerlo, y se las da de exquisito alabando, una vez más, el "traje del rey", no vaya a ser que quede por ignorante.

El otro día estuve en el Museo Guggenheim de Bilbao y sorprendí a varios papanatas extasiados, o fingiendo estar extasiados, ente un cuadro pintado totalmente de negro, salvo un rinconcito en el que se podía ver la tela original, cuyo título era algo así como "Lienzo inacabado". Toma ya.

Y es que realmente, la única y verdadera obra de arte del dichoso museo es el edificio mismo, todo un prodigio de la arquitectura y la tecnología actuales. Pero el contenido es lamentable, escaso y lamentable: Gigantescas vólutas de plancha de acero en forma de pasillos espirales que uno puede recorrer hasta el centro, mientras una voz doctoral intenta convecernos desde el audífono que se trata de geniales desarrollos helicoidales de un valor inmenso para el futuro de la Arquitectura. Amasijos de chatarra soldados, oxidados, machacados y colgados de la pared, donde se pueden identificar maltrechas bicicletas, ventiladores, somieres y demás basura metálica. Un cañón que dispara de vez en cuando masas gelatinosas de color rojo contra una esquina ya cubierta de porquería y salpicones de la que destila un líquido rojizo. Inmensos lienzos donde se repiten infinitas efigies fotocopiadas de Marilin Monroe. Telas apenas mancilladas por manchurrones monocromos propinados por una escoba o instrumento similar... y la amenaza de la élite de marchantes, presuntos críticos de arte y "entendidos" de que si no reconoces el mérito artístico de estos engendros es que eres un inculto, un analfabeto artísitico.

Muy cerca del Guggenheim hay otro museo, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde se exhiben cuadros de El Greco, Murillo, Goya, Vicente López, Zuloaga y eminentes pintores costumbristas vascos, todos ellos de excelente factura, todos ellos elaborados por maestros que tuvieron un largo y concienzudo aprendizaje y a cuya realización tuvieron que dedicar su admirable talento y su trabajo ímprobo. No va demasiada gente a ver este museo, porque la prioridad turística, artística y papanatística la ostenta el Guggenheim. El día que fui a verlo estaba un poco más animado que de costumbre porque ese día era gratuito y se exhibía una exposición temporal de vestidos de Balenciaga. Lo que son las cosas.

Y es que, como en el cuento, aquí hace falta el niño que grite, para vergüenza de todos: "¡El Rey va desnudo!". A ver si entre toda la gente que reconocemos la lamentable decadencia y falsificación del arte actual conformamos un niño gigantesco que grite esta verdad de una vez. ¡Fuera los vividores del pseudo Arte! ¡Fuera el Arte Basura! ¡Abrid de una vez los ojos, papanatas, snobs y falsos "entendidos"!

Que ya está bien. Que todo eso cuesta mucho dinero a las arcas públicas y privadas, y el dinero está para otras cosas. Que el Arte es hijo del esfuerzo, de la sensibilidad y del mérito, y que una mamarrachada solo puede despertar la admiración de los necios que afirman que el Rey va vestido cuando va desnudo.

Ya basta de timos.

Miguel Ángel Pérez Oca.