miércoles, 14 de marzo de 2012

LA LITERATURA DIRECTA Y EL CONTACTO RECÍPROCO ENTRE EL ESCRITOR Y EL LECTOR.










Con cien ejemplares digitales remitidos a mis lectores en unos pocos días, via Internet, nunca me había divertido tanto como con esta nueva modalidad de edición. Porque la Literatura Directa permite, no solo realizar el ideal de que ENTRE EL ESCRITOR Y SU LECTOR, NADIE, sino que permite conocer personalmente, vía correo electrónico, a cada uno de nuestros lectores, y recibir de ellos opiniones y críticas siempre valiosas. Yo pienso que el verdadero interés que me llevó a escribir mi ensayo "¿Quién mira por mi ventana?" era, no solo expresar mis ideas ante el árduo tema de la consciencia subjetiva, sino compartir con los demás nuestras inquietudes al respecto. Hasta puede ser que alguien me demuestre que estoy completamente equivocado o que mi enfoque es imperfecto, insuficiente o manifiestamente deficiente. Y le estaré agradecido. Porque a estas alturas de la vida, desterrado el Dios bíblico de sus presupuestos mentales, uno necesita (debería necesitar) tener las ideas claras ante el curioso fenómeno de que exista una perspectiva del Universo (nada menos) residiendo en el interior de lo que llamamos YO, ese lugar recóndito y a la vez familiar donde se reflejan o se realizan nuestros pensamientos, nuestras sensaciones y los ecos de la realidad exterior. Por eso, cualquier observación sobre el tema es bien venida. Por eso es estupendo esto de la Literatura Directa. Por eso estoy tan contento de haber tomado esta iniciativa. Y de que vosotros, amablemente, la hayáis seguido.

Gracias a todos, amigos.

Miguel Ángel Pérez Oca. (perezoca@ono.com)

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