lunes, 12 de marzo de 2012

LITERATURA DIRECTA. TODA LA PRESENTACIÓN.

Con el fin de que tengáis acceso al escrito de presentación que envié por correo electrónico a todos mis amigos de la agenda para ofrecerles el obsequio de mi último libro, el ensayo "QUIÉN MIRA POR MI VENTANA", os lo pongo a continuación, aún a riesgo de ser un poco pesado. Ahí va:


LITERATURA DIRECTA: TE REGALO MI MEJOR OBRA.
Hace poco terminé de escribir la que considero mi mejor y más importante obra, un ensayo que he titulado “¿QUIÉN MIRA POR MI VENTANA? (Reflexiones sobre la consciencia y la propia identidad)”. Evidentemente, no se trata de una novela donde los personajes corren emocionantes aventuras y opinan sobre el mundo que les rodea. El personaje de este libro soy yo mismo y eres tú mismo, porque su tema es la cuestión más importante que se pueda plantear un ser humano, que todos deberían plantearse ineludiblemente: ¿QUÉ SOY YO? He tardado muchos años en atreverme a completar un texto tan profundo y tan complejo y fundamental que creo debería ser leído por todos vosotros, mis amigos y amigas, y por todos vuestros amigos y amigas de cierta calidad intelectual. Nadie debería pasar por este mundo sin adoptar una actitud coherente respeto a esta trascendental cuestión, que muchos han resuelto mediante el fácil recurso de adscribirse a alguna de las muchas paranoias religiosas que se ofrecen en el mercado espiritual o, incluso, al excluyente y liquidador ateísmo. La cuestión es para mi tan importante que he creído que esta obra se merece algo mejor que ser editada en papel y ser ofrecida a los desconocidos en los escaparates de las librerías. Por eso he decidido obsequiaros con ella por medio de Internet. Y que difundáis mi oferta entre vuestros corresponsales informáticos, para que pueda hacer provecho a todo aquel que se interese por cuestiones verdaderamente trascendentales. No hay más que mandarme un correo electrónico a la dirección: perezoca@ono.com solicitando el envío y os la remitiré inmediatamente en formato PDF, de forma GRATUITA, como archivo adjunto. El destinatario podrá leerla directamente en la pantalla de su ordenador, guardarla en un libro electrónico o imprimirla en papel y encuadernarla a su gusto. Será mi mejor obsequio de buena voluntad para todos vosotros. Porque sería muy egoísta por mi parte guardarme mis conclusiones para mí solo, ¿verdad?
La literatura es la creación intelectual que menos medios necesita para su materialización. Para escribir una novela, un ensayo o un libro de poemas, solo se precisan unas hojas de papel y un bolígrafo, además del ingenio, la sensibilidad, el trabajo investigador y la habilidad del autor. Y ahora, en estos tiempos de innovación tecnológica en que podríamos sustituir el bolígrafo por un ordenador personal de esos que puede tener todo el mundo a precios muy asequibles, gozamos también de la ventaja de que esa herramienta nos permite el contacto directo con el lector, prescindiendo de intermediarios; lo que podríamos llamar: LITERATURA DIRECTA. Añádase a esto que el escritor, por regla general y salvando muy pocas excepciones, no puede vivir en exclusiva de su producción literaria, ni muchísimo menos, y se gana el pan con otros menesteres más prosaicos; pero es común que su vocación literaria le lleve a no tener en cuenta la injusta paga que nuestro apasionado trabajo recibe. Porque lo que verdaderamente nos importa a los escritores es la publicación de nuestra obra, la divulgación de nuestros trabajos, nuestra aportación a la Cultura Universal, aunque no nos proporcione ningún beneficio económico; y es que los más genuinos trabajadores de la escritura somos unos bichos así de raros para los tiempos mercantilistas que corren. E incluso, como consecuencia de la omnipresente crisis que arrasa todos los sectores económicos, también la industria literaria, se da cada vez más el forzado recurso a la autoedición, en la que el escritor, además de crear su obra, paga su impresión, dejando a los editores, distribuidores, libreros y demás agentes económicos todas las posibles ganancias. Pero, ¿es necesario que el libro se materialice en el conocido objeto de papel? Ahora, afortunadamente, ya no. Por eso, a la vez que me propongo divulgar esta que para mi es importantísima obra, quiero hacer una prueba de difusión directa, prescindiendo de intermediarios que YA NO SON NECESARIOS.
Como seguramente sabéis, tengo publicados 8 libros: “El libro secreto de Copérnico” (65.000 ejemplares vendidos a la Secretaría de Educación Pública de México para su Programa Nacional de Lectura); ”Giordano Bruno, el loco de las estrellas”; ”Tomo el librero”; “Los viajes del padre Pinzón”; ”Nuestros señores químicos”; “25 de Mayo, la tragedia olvidada”; ”El telescopio” y “La Cruz ausente”, algunos con varias reediciones; a más de “La última neu”, un cuento ganador del Premio “Pou de la Neu” en 2007, y multitud de artículos y participaciones en obras colectivas.
Mi obra inédita, hasta la fecha, consta de varias novelas de narrativa histórica, ciencia-ficción y crítica social, a más de alguna obra de teatro, así como el ensayo que ahora os ofrezco: “¿Quién mira por mi ventana? (Reflexiones sobre la consciencia y la propia identidad)”.
En él analizo la obra de Roger Penrose “La nueva mente del Emperador”, sobre la controvertida cuestión de la inteligencia artificial, y un trabajo del filósofo americano John Searle – “El misterio de la conciencia” -, que da un detenido repaso a los más importantes científicos y pensadores que se ocupan de la consciencia humana; a continuación expongo el contenido de una magnífica y reciente conferencia impartida por el profesor Francisco J. Rubia acerca de las distintas teorías que intentan explicar la consciencia, y del estado actual de los estudios sobre la misma; para acabar desarrollando, a lo largo del resto del libro, mis reflexiones personales sobre este trascendental asunto y sobre “el tema del usuario”, para mi fundamental, de quién o qué “recibe” la consciencia y experimenta el “hecho mental” en primera persona; así como sobre la inútil tanatofobia del ser humano.
Del éxito que vaya a tener esta iniciativa de literatura directa depende que persevere en el esfuerzo, cada vez más ímprobo, de intentar editar mis obras por el conducto clásico, vía editor, distribuidor, librero, etc. o me decida por la difusión gratuita de todas mis obras aún inéditas, por la vía informática. La definitiva renuncia a los presuntos beneficios económicos no significaría en absoluto una rendición, que conste, sino un acto de rebeldía ante un mercado abusivo que empieza a no ser indispensable.
Espero vuestros correos. Y os ruego asimismo que divulguéis esta iniciativa entre vuestras amistades. Difundid y reenviad este escrito e invitad a vuestros amigos a reenviarlo, a ver si entre todos conseguimos que esta obra, a la que he dedicado muchos años de reflexión, tenga la difusión que se merece, por encima de mercantilistas intereses editoriales.
Creo que el tema vale la pena; como también valdrá la pena recibir vuestras opiniones al respecto.
Recibid un fuerte abrazo de vuestro amigo,
Miguel Ángel Pérez Oca.
6-3-2012

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