PARA OFRENDAR NUEVAS GLORIAS A
ESPAÑA… ¡Con lo que nos ha costado este tío a todos los valencianos! El Palau
de les Arts de Valencia, obra del arquitecto Calatrava, costó, por lo visto,
400 millones de euros, hace tan solo 7 años… y su cubierta (o cáscara "huevoide") ya está toda arrugada y desconchada. El prestigio de este tío no
solo se "arruga" en Valencia: el puente peatonal de Bilbao, que cruza la ría,
estaba concebido con un suelo transparente que permitiera la ilusión de volar
sobre las aguas…¡Qué bonito! Pero el caso es que en Euskadi llueve mucho y el
cristal resbala cuando está mojado, convirtiendo las dos vertientes del puente
en sendos toboganes donde más de uno se ha roto la crisma. Hubo que forrar el
suelo con materiales antideslizantes y, por supuesto, opacos, con lo que se
acabó la levitación sobreacuática que justificaba tan tremenda obra. Y lo mismo le
ha pasado al puente peatonal sobre el Gran Canal de Venecia, cuyo consistorio
reclama al arquitecto la devolución de parte de lo cobrado.
En fin, una gloria más para el
ínclito Camps, de gozosa memoria (sobre todo por su dimisión y posterior
desaparición de la política valenciana) y su partido.
Me pregunto cuánto durarán los "monumentos" que Calatrava construyó en el viejo cauce del Turia. El puente
romano de Mérida lleva 2000 años en servicio; pero los “huevos” blancos de esté
señor ya se están arrugando y desconchando y hace solo un ratito (en términos
históricos) que fueron inaugurados... y pagados a precio de puente romano "ultramodelno".
Y es que…¿Cuándo nos libraremos
del PP en nuestro sufrido País Valenciá? Estoy harto de ovoides
enloquecidos y arrugados, aeropuertos para coches de carreras, ciudades de la luz a
oscuras, terras míticas desiertas, fórmulas 1 a precio de oro, volvos ocean
rices de barbecho y demás chapuzas de estos señoritos que, además, ahora nos muestran sus presuntas
vergüenzas si un ápice de dignidad
torera. Que se vayan de una vez y se lleven todos esos adefesios carísimos que
no hacen si no recordar que, cuando había dinero, en lugar de culminar el Estado
del Bienestar, lo despilfarraron en eventos y negocios ruinosos cuyo precio ahora
nos vendría muy bien para ir aguantando la crisis, en lugar de dejar a las
farmacias sin cobrar, a los dependientes sin cuidados, a los colegios sin
maestros ni calefacción, los hospitales sin limpieza y con menos personal del necesario, con cada día más parados y con el indignante espectáculo de los
chorizos paseándose por la calle sin temor al escarnio popular ni al justo
castigo.
Alicante fue una ciudad
democrática y republicana, llena de dignidad y, en ocasiones, de heroísmo, último refugio de dos Constituciones. Ahora es un triste cobachón sedado, habitado por ex adocenados desinformados, atormentado y
temeroso, agobiado por el paro y la penuria sobrevenida, como el resto del País Valenciá,
como el resto de la España del PP.
Y todo gracias a los tontos que
votaron al PP, creyendo las mentiras de un programa que jamás se iba a cumplir,
y a esos otros pescadores en río revuelto que nos decían que votar a los sociatas o a la derecha pepera era lo mismo, y así ganar unos cuantos votos que nos han salido muy caros. ¡Pues no, señor, NO ERA LO MISMO! Quizá hubiera resultado insuficiente,
pero… NO ERA LO MISMO. Que las mayorías absolutas son muy, pero que muy malas. Y con una mayoría relativa socialista, que necesitase el apoyo de
los minoritarios, quizá las cosas no hubieran resultado tan dramáticas y lamentables. ¿No os parece? Ya sé que hay que ir más lejos, sí, pero nunca con el precio de las falsedades interesadas y los comportamientos innobles.
En fin… Muchas gracias, majos, y
a ver si la próxima vez que votéis (si es que hay una próxima vez) la palomita
esa os ilumina las entendederas… ¡Cago’n la mar!
Miguel Ángel Pérez Oca.