martes, 1 de abril de 2014

A 75 AÑOS DEL FIN DE LA GUERRA Y A 72 DE LA MUERTE DE MIGUEL

       MIGUEL HERNÁNDEZ (Dibujo de M.A. Pérez Oca).

Ha sido ésta una semana muy activa. Con motivo del 75 aniversario del fin de la Guerra Civil en Alicante (y del principio de la ignominiosa represión franquista) se han realizado una serie de actos organizados por la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica y la PIC, como la visita homenaje a las víctimas del franquismo en en Cementerio de Alicante. El amigo Pesquera, en representación de la Comisión Cívica, nos habló de los más de 700 fusilados entre 1939 y 1945; yo hablé de los 500 muertos en bombardeos, sobre todo en el terrorífico ataque del 25 de mayo de 1938. Total, más de 1200 alicantinos de nacimiento o residencia. Teniendo en cuenta que Alicante contaba entonces con algo más de 100.000 habitantes, podríamos decir que uno de cada 100 alicantinos fue asesinado por la agresión fascista (nunca mejor dicho, puesto que tanto los aviones bombarderos como las tropas de ocupación, para vergüenza de los "patriotas" vencedores, eran italianos). Hicimos un recorrido por los lugares de la memoria, con dos autocares llenos de personas que no quieren olvidar lo que no debe repetirse jamás. Se visitó el campo de aviación de Monóvar, desde el que partió Negrín al exilio, junto con todo su Gobierno y otras personalidades republicanas (Pasionaria, Alberti, etc.), y la finca que se denominó Posición Yuste, donde por unos días residió el Gobierno legítimo de la República. La semana terminó con el acto de inauguración de un monolito en el puerto recordando la gesta heroica del Capitán Dickson, del Stambrook, que evacuó a casi 3000 republicanos, salvándolos de la cárcel o el pelotón de fusilamiento, así como de la triste suerte que corrieron los 15.000 que quedaron en el puerto, sometidos a la vesanía de los vencedores. Durante todos estos actos también estuvo presente Miguel Hernández, nuestro poeta que cantaba los vientos del pueblo y que moriría tres años después, pro las mismas fechas, en la cárcel de Alicante, completamente desasistido en su tuberculosis, que consintieron que acabase con él por haber defendido la democracia y los derechos de los ciudadanos, en lugar de jurar fidelidad a la Iglesia Católica (Esa que sigue amenazándonos con la guerra civil, por boca del absurdo monseñor Rouco).
Voy a poner aquí la composición poética que más me emociona de todas las que compuso Miguel en su corta y acortada vida. ¡Cuántos versos suyos, nonatos, nos robaron sus verdugos! Me refiero a la Elegía a su amigo Ramón Sijé, y la dedico a todos los que fueron víctimas de esa derechona casposa y malvada que todavía se arrastra y asoma a veces por los entresijos de la política española de ayer, de hoy y de siempre...

ELEGIA A RAMÓN SIJÉ . 
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.) . 
Yo quiero ser llorando el hortelano 
de la tierra que ocupas y estercolas, 
compañero del alma, tan temprano. . 
Alimentando lluvias, caracolas 
Y órganos mi dolor sin instrumento, 
a las desalentadas amapolas . 
daré tu corazón por alimento. 
Tanto dolor se agrupa en mi costado, 
que por doler me duele hasta el aliento. . 
Un manotazo duro, un golpe helado, 
un hachazo invisible y homicida, 
un empujón brutal te ha derribado. 
No hay extensión más grande que mi herida, 
lloro mi desventura y sus conjuntos 
y siento más tu muerte que mi vida. . 
Ando sobre rastrojos de difuntos, 
y sin calor de nadie y sin consuelo 
voy de mi corazón a mis asuntos. . 
Temprano levantó la muerte el vuelo, 
temprano madrugó la madrugada, 
temprano estás rodando por el suelo. . 
No perdono a la muerte enamorada, 
no perdono a la vida desatenta, 
no perdono a la tierra ni a la nada. . 
En mis manos levanto una tormenta 
de piedras, rayos y hachas estridentes 
sedienta de catástrofes y hambrienta. 
Quiero escarbar la tierra con los dientes, 
quiero apartar la tierra parte a parte 
a dentelladas secas y calientes. . 
Quiero minar la tierra hasta encontrarte 
y besarte la noble calavera 
desamordazarte y regresarte. .
Volverás a mi huerto y a mi higuera: 
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera . 
de angelicales ceras y labores. 
Volverás al arrullo de las rejas 
de los enamorados labradores. . 
Alegrarás la sombra de mis cejas, 
y tu sangre se irá a cada lado 
disputando tu novia y las abejas. . 
Tu corazón, ya terciopelo ajado, 
llama a un campo de almendras espumosas 
mi avariciosa voz de enamorado. . 
A las aladas almas de las rosas... 
de almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas, 
compañero del alma, compañero. . 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Miguel fue grande. La elegía la dedica a su amigo de ultraderecha, al mismo que había boicoteado actos como la nominación de una calle a un prohombre cambiando la placa con nocturnidad y alevosía por la del infame José Antonio Primo de Rivera, socio del Caudillisimo en la vil guerra contra la legalidad y el pueblo de España. Se comprende la masacre posterior para eliminar la oposición a su vileza como gobernante despótico. En el acto tanto Sigé como los falangistas de la zona dieron un espectáculo de violencia inusitada como despues lo darían al asesinar a varios ciudadanos de la comarca durante la campaña electoral del 36. Para ello contrataron a 19 Camisas Negras procedentes de la CEDA catalana. Ante cualquier duda consultar al nada sospechoso Vicente Ramos o la prensa de la época. Nadie había muerto a manos de los demócratas en nuestra provincia. Aun así, Miguel no tuvo reparo en llorar a su compañero del alma (alma se dice Sigé en el griego antiguo). No solo lo lloró si no que ayudo durante la contienda contra el fascismo a la familia de su amigo. Estos siempre le correspondieron. Esta relación demuestra lo diferencia entre los buenos y los malos. También demuestra que la bondad o la maldad no son patrimonio de la izquierda o la derecha.

Eusebio Pérez Oca