sábado, 17 de mayo de 2014

"YO, POR MI HIJA, MATO" (Belén Esteban).

La reciente noticia del terrible crimen de León, que se ha saldado con la muerte a tiros de la Presidenta de la Diputación de esa provincia, me hace reflexionar sobre la funesta influencia que puede tener la televisión en los comportamientos de los españolitos de hoy día. No sé si la presunta asesina de la señora Carrasco, o su hija, o su amiga la policía urbana que terminó entregando el arma, solían ver los programas de Telecinco donde sale la inefable Belén Esteban. Si lo hacían, ahora van a tener todo el tiempo del mundo para seguir haciéndolo. Pero déjenme que reflexione sobre que su famosa frase de "Yo, por mi hija, mato" podría considerarse una incitación a la violencia justificada impropiamente en el amor maternal. Ya sé que el intelecto de la señora Esteban no da para más; pero no estaría mal que sus patrocinadores de la famosa cadena le advirtieran de lo inadecuado de dicha afirmación. Vivimos, por fortuna para todos nosotros, en un Estado de Derecho, y si uno considera que alguien le hace daño a nuestros hijos podemos denunciarlo para que la Justicia se haga cargo de la localización del delito y el castigo correspondiente.  Nadie, en ningún caso, salvo el de inmediata e inevitable defensa propia, debe tomarse la facultad de utilizar la violencia física, siempre como acto de protección y nunca, desde luego, para tomarse la justicia por su mano. ¿Queda claro, doña Belén? También pondría objeciones a la publicidad de bingos y demás juegos onerosos que hace esta señora, y otros personajes televisivos, y que las asociaciones contra la ludopatía denuncian como incitadoras a adicciones de frecuentes y funestas consecuencias. 
Así que agradecería a la famosa cadena que rogara a su "co-presentadora" que moderara su lenguaje, que podría considerarse como de exaltación a la violencia.  Ni esta señora, ni la de León, ni yo, ni nadie tiene derecho a matar por venganza de presuntos daños infligidos a sus hijos, en un Estado cuyas leyes y poder judicial tienen la función de proteger a los ciudadanos de las amenazas y de aislar y castigar a los agresores.
Hace ya mucho tiempo que la famosa frase de la Esteban me producía desagradables escalofríos y solo faltaba que alguien se animara a seguir sus recomendaciones.
La Justicia es un atributo del Estado, ¿sabe usted? Así que nadie debe ni puede tomarse la justicia por su mano. De ninguna manera.
Miguel Ángel Pérez Oca.

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