El PP se encuentra sumido en una especie de charca pútrida de arenas movedizas, de esas en las que cuanto más te mueves para salir, más te hundes en la mierda. Cuando los académicos de la Lengua Valenciana contradicen sus intereses políticos "valencianos", niegan a los científicos toda su autoridad de expertos. Cuando contemplan horrorizados el porvenir electoral que les espera, intentan hacer trampas de última hora, imponiendo una mal llamada "reforma de la Ley Electoral" que en lugar de implantar las listas abiertas y la verdadera proporcionalidad, quieren que le facilite el dominio de los ayuntamientos con el rollo de "alcalde el más votado", aunque sus mayorías sean relativas y la dividida izquierda, en su conjunto, los sobrepase. Por supuesto, nada de segunda vuelta ni de moción de censura, claro. Han llegado a una situación de degeneración política insoportable. Se hunden en sus propias heces, en sus propias trampas y en sus propias mentiras. Cavan sus tumbas políticas, mientras se hunden en el lodazal infecto de una corrupción escandalosa, sistemática y generalizada que intentan disimular mirando para otro lado.
Y no es la primera vez que esto le ocurre a la Derecha española. Liberales y Conservadores de Sagasta y Cánovas fueron los mejores propagandistas de la República con sus adocenamientos y sus siestas en los laureles, a la sombra de los amos de la pasta y de la tierra. Y cuando el proletariado llamaba a sus puertas, ellos prefirieron dar paso a la Dictadura de Primo de Rivera. Así que a la caída del primer déspota del siglo, era inevitable el triunfo de los republicanos. Aunque entonces, los privilegiados todavía podían contar con una Iglesia sumisa e influyente y un ejército colonial brutal y sanguinario, que no dudaron en utilizar de forma genocida contra los dirigentes democráticos para ponerse a los pies de un tal Generalísimo Franco "Caudillodeespañaporlagraciadedios". Esta vez, espero, son otros tiempos, y la degeneración política que hará inevitable el triunfo de las nuevas ideas, no lo podrá impedir. Ideas, por otra parte, que son tan viejas como la Humanidad, y que proclaman que primero son las personas y después los intereses de los privilegiados. Porque hay otras formas de afrontar la crisis y hay otra manera de administrar el bien común que no sea el Capitalismo irracional, ilógico, insolidario y salvaje. El cambio de paradigmas, a nivel mundial, está cada vez más cerca y nadie va a poder pararlo. Creo, sinceramente, que esta vez... podemos.
Por otro lado, el resto de los partidos "clásicos" se muestran completamente incapacitados para asimilar las nuevas demandas sociales. El PSOE, enfangado también en sus propias corrupciones y vicios personalistas, no sabe digerir las nuevas ideas y todo lo que se le ocurre es poner al frente del partido a un guaperas liberal que solo sabe hablar de las "clases medias". ¿Pero el PSOE no es "socialista y obrero"?
Los catalanes de Pujol andan desconcertados con las pillerías de su fundador, que aún tiene la cara dura de denunciar a los bancos que han revelado sus trampas.
Los de UPyD de Rosa Díaz se pelean porque la presunta lideresa teme perder protagonismo personal si se alían con Ciudadanos...
Izquierda Unida debería aliarse con Podemos e intentar ganar las próximas elecciones, para sacar a este país del lodazal político en que se halla enfangado. Pero no sé si podrán superar los personalismos y las jerarquías tradicionales. Tendrían que hacerlo si lo que les interesa, más que el partido, es el pueblo.
Y nosotros, el Pueblo Soberano, deberíamos votar masivamente la alternativa de izquierda, de verdadera izquierda, desterrando cualquier temor al futuro, porque por muy mal que lo hicieran estos "chicos nuevos", no lo podrían hacer peor de lo que han estado haciendo los viejos y nuevos Conservadores y Liberales (leasé PP, PSOE, CiU...).
A ver qué pasa.
Miguel Ángel Pérez Oca.
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