jueves, 10 de noviembre de 2016

TRUMP, LA CATÁSTROFE.



Me tendréis que perdonar si no escribo mucho este mes. El peluquín oxigenado de Trump me pesa en el alma como una losa. Estoy en pleno shock, en plena depresión. La melancolía invade mis glándulas políticas y sociales. No tengo ganas de escribir, no tengo ganas de pensar, no me atrevo a hacer planes ni a intentar adivinar el futuro. Porque esta es la revolución de los idiotas que, como una mancha de aceite, se extiende por todo el mundo. Primero fue el Brexit, ahora Trump, mañana quizá Le Pen... y aquí, con la dicha de no tener aspirantes tonto-fascistas, con la dicha de que nuestra oposición al sistema es de legítima izquierda, así que podríamos... padecemos la abstención del maltrecho PSOE y la alegría beata y sumisa de Rajoy al nuevo Calígula mundial.
Todo empezó, me parece a mi, con la caída del muro de Berlín. Todos nos felicitamos entonces por el advenimiento de la democracia en el Este; pero la verdad es que el capitalismo salvaje se vio sin competidor al frente y se creyó que todo el monte era orégano. Décadas después, la desigualdad creciente, la globalización, el cambio climático, las guerras del petróleo, el fenómeno de la inmigración y los refugiados, la violencia generalizada, el fracaso de los estados pobres y tantas otras cosas, evidencian que el capitalismo, además de ser intrínsecamente injusto, no puede mantener su equilibrio si no se le controla, como a cualquier esquizofrénico. La sociedad del bienestar está amenazada y es pasto de demagogos parafascistas que crecen al socaire de la estupidez y la ignorancia de las clases más perjudicadas, que en lugar de alzarse en demanda de un socialismo civilizado, claman por el liderazgo de payasos y estúpidos integrales, como el tal Trump.
¿A dónde va nuestro Mundo? Yo creo que, víctima de la ola de irracionalidad, ignorancia y visceralismo que nos acosa, podemos dirigirnos directamente a la catástrofe global.
Si este artículo hubiera sido escrito en los años 30 y hablara de un tal Hitler, podría contener las mismas palabras, más o menos, salvo algunos matices actuales que aún lo hacen más alarmante.
Perdonadme si no escribo más. Ya os he dicho que estoy en shock y me acosa la depresión.
Que Dios nos coja confesados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No soy tan pesimista como tu, Miguel. ¿Por que te crees que la Estatua de la Libertad está en una isla?. POR QUE NUNCA HA ENTRADO LA LIBERTAD EN EE.UU.. Aún está en cuarentena. Aquel país basura es de todo menos libre. Es el paraíso de los desaprensivos. No te preocupes. No hay libertad allí. Por eso TRUMP no podrá hacer lo que le de la gana. A una media de uno de cada cuatro presidentes asesinados.... ya sabes. Mira el criminal Kennedy ese que ponen como bueno, drogata, putero, belicista a tope, manipulador...pero guapito y con mujer de la que mejor no hablar. Se desvió un poco y lo eliminaron igualmente a su hermano Bob. TRUMP seguirá los designios del capital y muy a gusto. Es el hombre de paja de las multinacionales yankis. Ahora bien, también era Hitler el hombre de paja de la burguesía alemana incluida la judía. Pero Hitler no estaba tan atado como lo está el títere de los yankis. Ya hemos visto las guerras continuadas por Obama en África y Asia. Las ha hecho en diferido. La diferencia puede ser en una mayor implicación de las fuerzas terrestres. Por que las aereas ya vemos como masacran Mosul, por segunda vez.

Eusebiet.