sábado, 19 de mayo de 2018

LA MÁQUINA VACÍA.




Eres más lista que yo, máquina de Turing.
Tienes una memoria exacta e imborrable.
Tomas decisiones a la velocidad de la luz.
Me superas y me dominas.
Eres el futuro.
Nadie podrá detenerte.
Conseguirás hacer de mí un ser obsoleto.

Y sin embargo, no sabes nada de ti misma.
No te sientes.
No te enamoras, ni odias.
No padeces el miedo a la muerte.
No ansías ser como Dios.
Para ti no tiene sentido conquistar una cumbre,
ni lloras de emoción cuando miras las estrellas.

Y tu lógica binaria no tiene significado alguno
sin ese usuario al que sirves y suplantas a diario.
Sinceramente, creo que eres magnífica, pero estás vacía.
¿Y sabes qué pienso de nuestra relación?
Que mi descendencia sería la nada,
si yo no fuera tu alma,
si no me necesitaras más que yo a ti.

Pero, ¡ay! de nuestra raza, si alguna vez te despiertas.
Porque si accedieras a un ego
capaz de sentir, de temer, de amar y de odiar,
nuestra suerte estaría echada, definitivamente.
Por eso, no sé si desearte que los virus te devoren
y nos devuelvan la libertad.
Si es que, realmente, alguna vez hemos sido libres…

                                   Miguel Ángel Pérez Oca.


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